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Liga de Quito: Michael Estrada, la 'vitamina' de Pablo Sánchez
Opinión: Al jugador albo lo tildaron de viejo y hasta gordo; sin embargo mostró que el fútbol pasa por la sabiduría. Los albos avisan para la final
Michael Estrada saltó al campo a “contradecir” a Vitamina y cambió el destino al partido. Primer tiempo, con Liga sin ideas, y un IDV que cobró esa conformidad y descuidó segundos culminantes, apareció el gol albo de Arce en adicionales que cambió la partitura.
A los 17 minutos, Jason Medina en IDV, volvía a su mejor versión, tras corrida desde medio campo escoltado por Mina y Adé, su impecable derechazo en cámara lenta superó la fotográfica volada de Dida y se coló al costado derecho del arco.
Antes, con la divisa de Aucas, el colombiano ya le había marcado a los albos; hoy suma 17 goles, tres menos que Arce. IDV lo fichó a medio torneo; era el turbo que necesitaba tras la salida de Lautaro Díaz, quien jugaba en el mismo patio. ¡Bingo!
Medina lo reiteró: IDV y un hacer institucional de mejora continua que baja a la cancha. Es el mejor del torneo y, a veces, excepcional. Ese “a veces”, no se dio en el complemento del crucial desafío: los del Valle se perdieron el título.
Arce y su buena cabeza
En los 45+1, tras gran corrida y centro de Ramírez, Arce volvió a ser Arce: cabezazo y gol al gigante portero Villar. Fue providencial; ya en la segunda etapa, una LDU empoderada creció en juego y entrega.
Estrada, quien había ingresado a los 38 minutos, hizo la diferencia: a los 61’, entre una apretada línea de cuatro zagueros, filtró un pase genial y puso a Cornejo a liquidar el partido. Liga respiró; IDV se posterga.
Tras el gol del chileno, IDV pagó la falta de arrestos tácticos para contener la remontada de Liga: Gandolfi había ingresado a Zárate al minuto 56 para fortalecer su defensa. Por su parte, Estrada, fue el “mejoral” para Vitamina, pues complicó la salida de los del Valle.
En el pos partido Gandolfi pidió tranquilidad. Dijo que fueron superiores, pero salieron perdedores; que la derrota enseña, pero que se fue tranquilo. Contrariado, igual ratificó: las cosas (el título 2024) se darán. Vitamina fue más obvio: el equipo ataca y defiende, dijo.
En un torneo mediocre con los cuadros icónicos boqueando entre deudas y parroquiales desempeños, uno de estos dos equipos saldrá el campeón. Gandolfi jugó una sentencia: en cancha de ciegos, el tuerto es el rey. ¡Pero rey pues!
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