La quinta edición de la Superliga arranca el viernes 21 de abril con el duelo entre Barcelona y El Nacional, lo que refleja una continuidad en el avance del balompié femenino en el país, deporte que sigue presentando trabas en su camino hacia la profesionalización.

Son pocos los equipos que pagan sueldo a todas las integrantes del plantel, que les ofrecen contratos de larga duración o que les tienen afiliadas al IESS, lo que refleja que todavía existe un mayoritario manejo amateur.

Sol Muñoz, quien forma parte del directorio de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), entidad que organiza la Superliga, señaló que “estamos caminando hacia la profesionalización del fútbol femenino, pero aún hay brechas muy grandes por trabajar y temas por corregir, como el hecho de que todas las futbolistas tengan su sueldo, afiliación a la seguridad social y darles más tiempo de competencia”.

La dirigente, que también es representante de Conmebol ante FIFA, destacó el contar con más ingresos al tener un patrocinador oficial en la Superliga. “Estamos conscientes de que el factor económico es fundamental para el crecimiento del fútbol femenino, hemos hecho ajustes al presupuesto para que los equipos que pasen la fase de grupos reciban un mayor premio”, detalló.

Ana Rueda, entrenadora de la Universidad Católica, opinó que se está en la senda correcta en busca de la igualdad. “Estamos en camino a una profesionalización. Los equipos se han fortalecido, invierten más en dar espacio a las chicas. Nos falta en el tema de desarrollo de las formativas y en la consolidación de los derechos”, afirmó.

PASO A PASO

En cuanto al espacio para las jugadoras, hay avances, como en Liga de Quito, donde se han destinado áreas especiales para las Guerreras albas, que incluso han compartido entrenamientos con el cuerpo técnico del equipo masculino.

“Como institución hemos dados grandes avances. Todas las jugadoras tienen un sueldo o ayuda económica”, afirmó la DT Jenny Herrera.

Para Mayra Olvera, quien fue mundialista y vicepresidenta de la Asociación de Futbolistas del Ecuador, el panorama del balompié femenino ha mejorado, aunque acepta que todavía hay aspectos por trabajar.

“Hace cinco años no podía vivir solo del fútbol, ahora sí. Esto va de la mano con sueldos para todo el equipo y contratos de mayor tiempo para las futbolistas, como lo hace Ñañas, lo que debería ser algo obligatorio para todos”.

Agregó que al igual que lo hicieron tras clasificar al Mundial de 2015, las jugadoras seguirán por el fútbol femenino, hasta llegar a una completa profesionalización.

UNA GRAN APUESTA

El crecimiento del balompié femenino va de la mano de una mayor inversión por parte de los clubes. Es el caso de Dragonas Independiente del Valle, que fortaleció su plantel y cuerpo técnico, y destinó un presupuesto récord para el equipo, que tiene como objetivo ganar el título de la Superliga.

Andrés Larriva, directivo del club, detalló que para 2023 contarán con $ 400 mil, valor “que se acerca a lo que destinan algunos equipos de la Serie B” y que también va de la mano con el hecho de que “contamos con diez auspiciantes solo para Dragonas, lo que demuestra el crecimiento del fútbol femenino”.

Agregó que cuentan con un plantel profesional, lo que se refleja en que las deportistas tienen todas las herramientas. “Las chicas tienen transporte privado, alimentación, instalaciones deportivas exclusivas, un grupo multiprofesional a su servicio. Todas las jugadoras tienen un contrato profesional y pueden vivir del fútbol”, resaltó.