Los brasileños han comenzado a llegar a Guayaquil, por tierra y por avión. De aquí hasta el domingo serán huéspedes por la final de la Copa Libertadores ante el Atlético Paranaense.

EXTRA les tiene un curso intensivo de cómo hablar a lo guayaco, para que nadie les vea la cara en nuestra ciudad. Su lengua nativa es el portugués, pero lo que van aprender no será un castellano normal, es el léxico que se habla en la calle, el de la ‘plena’.

Este curso va en especial para Laisiane Favarato, la más sexy hincha del FLA que ha amenazado en venir a Guayaquil... y nos gustaría que no meta la pata en nada.

BUSETA: Es una palabra que los brasileños poco la usan, pues allá se refiere a la parte intima de la mujer. Aquí, tranquilos, la pueden utilizar: significa bus.

MI PERRO: Palabra juvenil que ahora se dice para determinar que una persona es súper amigo.

PANA: La palabra que se utiliza para decir que alguien es un buen amigo, o también ‘mi llavecita’, que es igual.

VOLTEADO: Cuando un hincha se cambia de equipo por un partido especial.

JAMA: La escucharán en la mañana, mediodía y noche, para señalar que quieren comida.

MENESTRA: Plato ecuatoriano más parecido a la ‘feijolada’. Cuidado, que esa palabra se puede utilizar para molestar a las personas con sus preferencias sexuales.

FALSETA: Cuando la camiseta de Barcelona, Emelec o Ecuador no es original, pero la quieren hacer pasar como tal.

BIELA: Seguro que será una de las primeras palabras cuando pisen suelo guayaquileño, eso quiere decir, cerveza.

COLA: No es lo que ustedes piensan, no se habla del rabo, aquí a los refrescos azucarados se les llama cola.

TRANQUI: Cuando vayan por alguna zona y piensen que les van a hacer la maldad (robar), si le dice que todo está tranqui, está todo tranquilo.

GUATALLARÍN: Por esta vez ese producto gastronómico callejero se lo venderá lejos del Monumental, es el plato bandera de los escenarios deportivos. Es tallarín, jugo de maní, papas y si tienen suerte un pedacito de mondongo.

BÁJALO: Si escuchan esto, ya deberían de salir corriendo de ese lugar, porque esa palabra es el inicio de un robo.