El jugador ghanés Christian Atsu no pudo ‘gambetear’ a la muerte. Él es una de las miles de víctimas mortales que dejó el trágico terremoto que se dio en Turquía, el pasado 6 de febrero.

Pero su muerte, que se confirmó el 18 de febrero, tras ser encontrado entre los escombros de un edificio ubicado en la localidad de Hatay, tiene una historia difícil de creer.

El futbolista tenía previsto coger un vuelo para marcharse del país esa misma noche que se dio el movimiento telúrico, pero haber marcado un gol que le dio la victoria a su equipo, el Hatayspor, frente al Kasimpasa, le hizo cambiar de decisión.

En dicho cotejo Atsu ingresó al césped en la recta final y en el último minuto de partido gozó de una oportunidad a balón parado que truncaría su destino.

Fatih Ilek, mánager del equipo turco, reveló las intenciones de Atsu, pero que tras el último cotejo desistió de abandonar el país. “Se suponía que se iría a Francia para reunirse con su familia, pero cuando jugó bien y marcó canceló el vuelo. Tenía un boleto para las 11 de la noche, pero lo canceló. Luego, a las cuatro de la mañana fue el terremoto. Es una tragedia”, dijo el directivo.

Según medios turcos, el exjugador de Chelsea, Newcastle y Málaga se encontraba bajo los escombros de la residencia Rönesans, una torre de 12 pisos que se derrumbó en el terremoto.

“El cuerpo sin vida de Atsu fue encontrado bajo los escombros. Todavía se están retirando sus pertenencias. También se encontró su teléfono”, dijo su agente Murat Uzunmehmet.

La Embajada de Ghana en Turquía y la Federación de Fútbol de Ghana afirmaron inicialmente que el delantero había sido encontrado con vida, pero luego se demostró que esta información era falsa.

El desarrollador de la residencia de lujo convertida en ruinas, donde se cree que están enterradas unas 800 personas, fue arrestado la semana pasada cuando intentaba salir de Turquía.