Cuando Antonio Álvarez, en diciembre pasado, prometió “trabajar con perfil bajo” porque “necesitamos una Copa Libertadores”, se ató una soga al cuello.

El entonces presidente de Barcelona (actual candidato a las elecciones del sábado 25 de mayo) había remarcado el objetivo prioritario de un equipo que, a dos fechas de culminar la fase de grupos y con 6 puntos por disputar, se quedó sin pan ni pedazo.

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Eliminado prematuramente del torneo Conmebol producto de dos empates y dos derrotas, la más reciente contra el argentino Talleres (3-1), Barcelona solo aspira al boleto del repechaje de Copa Sudamericana. Un ‘premio consuelo’ que no calma la amargura de una afición que sueña con levantar la gloria continental.

Sin victorias en el ámbito internacional, El Ídolo, además, dejó de percibir 1’320.000 dólares por concepto de mérito deportivo. Un dinero que pudo ventilar las arcas del club que tiene un pasivo de 46,9 millones de dólares, hasta octubre del año 2023, según el propio Álvarez.

Para el entrenador ecuatoriano Gary Estupiñán, la debacle torera en Libertadores se debe a la desestabilidad dirigencial que ha conllevado a tomar decisiones que afectaron directamente a la plantilla.

“Da pena que un equipo copero como Barcelona se quede de esta manera, pero todo pasa por la situación dirigencial. Como no hay una dirigencia seria causa inestabilidad en los cuerpos técnicos y en los jugadores”, afirmó.

Estupiñán no solo critica la gestión actual, sino que también cuestiona las decisiones tomadas en el pasado. Recuerda que el extécnico Diego López “no estuvo a la altura de la plantilla” y para contratar a Holan, la dirigencia “en vez de dejar como interino a Segundo Castillo puso a una persona que vino de la gerencia deportiva (Germán Corengia) que no tenía conocimientos”.

Los hinchas y socios barcelonistas también lamentan la eliminación copera con resignación. Unos ya están “acostumbrados” a estas desilusiones, mientras que otros consideran que la sobrecarga de partidos le jugó en contra a los de Holan.

“El fracaso es desde los primeros partidos de copa. Diego López era un técnico que si hacían un gol, se refugiaba en vez de salir a proponer y no tenía una identidad o esquema de juego definido. Eso nos costó 4 puntos y me siento decepcionado, pero acostumbrado de que siempre en Libertadores se pasa pena”, afirmó el hincha Andrés Mendoza.

Mientras que el socio Ángelo de la A atribuye la eliminación por la seguidilla de partidos, “porque los que juegan en Libertadores juegan en la LigaPro y la fatiga muscular es importante; no se puede hacer mucho cuando cuentas con una plantilla con sobrecarga física”.

Sin embargo, el Ídolo puede seguir con vida en torneos internacionales. Tiene dos juegos pendientes, ante Sao Paulo, en Brasil, y frente a Cobresal en el Monumental. En este último definirá el pasaje al repechaje a la Copa Sudamericana. Una pequeña esperanza en medio de la desilusión.

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