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Cuerpeo

IlustraciónMiguel Rodríguez

¡Hice ‘match’ con el amor!

Soy una joven bisexual y me ha ido mejor con los hombres que con las mujeres. Tuve una relación tóxica con una chica. Para ‘curar’ mi tristeza, descargué Tinder y sin quererlo, encontré al chico de mis sueños.

Soy Alejandra y en el sexo he probado a hombres y a mujeres. Los dos me gustan por igual. Pero en las relaciones, no tengo dudas: me quedo con los hombres. No, no quiero caer en clichés y culpar a un género de ser más o menos ‘tóxico’, pero en mi vida amorosa, ellos me han demostrado más estabilidad, que es lo que busco.

Pasé del infierno al cielo hace un año. El infierno tuvo nombre de mujer y el cielo, en el que vivo ahora, de hombre. No soy de las chicas que busca aventuras de una noche. Tengo 24 años, pero soy muy madura y prefiero las relaciones largas y serias. Sin embargo, luego de terminar un noviazgo tormentoso con una compañera de trabajo, en el que hubo pasión, engaños y lágrimas, decidí ‘curar’ mi tristeza en Tinder.

No me agradaba la idea al inicio, pero una amiga me motivó a hacer las cosas diferentes y zambullirme en esa aplicación donde las personas pueden pescar desde amistades, sexo apasionado o amor... Lo último, lo veía imposible, aunque esa era mi meta.

Luego de dar ‘matchs’ a diferentes personas, apareció uno que fue diferente al resto. Solo hablamos una noche y ya él propuso vernos para desayunar al día siguiente. Aun así, mantuve informada a mi amiga de todo, pues temía por mi seguridad, sobre todo con la ola delictiva que azota a Guayaquil, de donde soy y donde vivo.

Cuando lo vi y conversamos, todo fue de maravilla. La charla fluyó y me dieron ganas de seguir saliendo con él. Efectivamente lo hicimos, el cariño y el gusto fue creciendo y yo sentía que podíamos tener una relación seria.

Entonces me decidí a contarle que era bisexual, pues sé que esto podría resultar chocante para alguien, porque vivimos en una sociedad conservadora. Sin embargo, él se emocionó, creo que le excitaba la idea de pensar a su chica teniendo sexo con otra mujer, pero su respuesta me sorprendió. Me dijo que mientras lo respete y no lo engañe, no le interesaba mi orientación sexual. Eso me enganchó más porque me pareció muy maduro.

Todo era un cuento hermoso, hasta que mi exnovia volvió a aparecer. Como trabajaba y aún trabajo con ella, siempre buscaba formas para acercarse a mí. No quería regresar conmigo, pero sí incomodarme. Me sentía muy atormentada por ella.

Reconozco que le rompí el corazón al chico de Tinder, que ya era mi novio, pero dejé que mi ex se metiera y decidí alejarme de él. Luego, obviamente, me arrepentí de eso. La chica con la que salí seguía siendo la misma de siempre, mientras que él me seguía buscando y llenando de detalles.

Gracias a la vida abrí los ojos y nos volvimos a contactar con mi chico y retomamos la relación. Esta vez, no voy a dejar que nadie se meta entre nosotros. Quizá mi historia no sea la más alocada, pero la quise contar porque puede servirle a alguien, además de demostrar que en estas aplicaciones también se puede encontrar el amor.

Mi amiga, la que me incentivó a descargar Tinder, se sorprende de que esa herramienta me haya ayudado no solo a encontrar al amor de mi vida, sino a alejarme de la relación tóxica que tanto me atormentó.

Ahora, con mi novio estamos planificando irnos a vivir juntos, para ello, vamos a comprar un departamento. Queremos una relación sólida.

Obviamente, luego de reencontrarnos, nos reunimos para desinstalar Tinder de nuestros teléfonos.