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Ir a 'camellar' a la oficina: ¿Está en peligro de extinción?
Parece mentira que los trabajadores que han demostrado ser productivos durante la pandemia no quieran 'pisar' la oficina para ir y 'calentar la silla' durante la jornada de 'camello'
El impacto del diabólico coronavirus en el entorno de la oficina ha sido profundo. Así es como lo dice el economista Felipe Álvarez, profesor de la Espol y Universidad Católica de Guayaquil, quien analiza que, casi de la noche a la mañana, las empresas se vieron obligadas a migrar a un entorno de trabajo remoto con empleados que establecían oficinas y turnos en sus casas.
"Los sistemas de TI [tectonologías de la información] ahora se han probado completamente. Para otros, la tecnología se implementó rápidamente para garantizar que el personal pudiera continuar trabajando y que las empresas pudieran continuar operando", comenta Álvarez a EXTRA.
Lo universal es que durante este experimento accidental en el trabajo remoto, los edificios de oficinas en casi toda la ciudad están vacíos. "La mayoría de los comentarios sobre el efecto de COVID-19 se han centrado en su impacto en el comercio minorista debido al cierre de tiendas. Sin embargo, la mayoría de las oficinas también han cerrado", dice.
Por su parte, Teresa Knezevich, decana de la Facultad de Especialidades Empresariales de la USCG, menciona que la pospandemia traerá mucho desempleo y poca demanda de trabajo, incluso afirma que la emergencia laboral puede durar años.
"Está funcionando, a pesar de que el living no sustituye la oficina para hogares con chicos y de que el paquete home office no incluía estar encerrados las 24 horas", señala.
No obstante, para la ingeniera no hay razones para no remotizar puestos de trabajo de manera permanente, o al menos converger en un sistema mixto. "A la realidad brutal que nos está exponiendo la pandemia, la crisis de desempleo que se asoma no se arreglará en poco tiempo, será un tema que se instale en la sociedad para quedarse", concluye Knezevich.
Pero ahora que hay personas que 'camellan' desde casa. ¿cuántas de ellas desean volver a la oficina?
Muchas empresas o, mejor dicho, muchos jefes consideraban que la única forma de trabajar era ir a la oficina y 'calentar la silla' ocho horas. "Ahora nos hemos dado cuenta de que podemos ser efectivos y eficientes desde casa", dice la entendida, ya que eso es clave cuando volvamos a una vida más o menos normal.
Y en la medida en que las empresas lo vean y promuevan, esto generará una demanda adicional al trabajador: saber trabajar online, y una nueva brecha tanto de conocimiento como de conectividad.
Para ambos expertos consultados por EXTRA, la transición a un entorno remoto puede haber sido perfecta, pero también cabría esperar una reducción inevitable de la productividad en todos los sectores de oficina por razones obvias, como problemas de TI, cuidado de niños, falta de administración en el sitio, etc.
JEFES TRISTES O 'ACHICOPALADOS'
Al otro lado de la 'película' están los jefes. Muchos directores ejecutivos también parecen que aprecian el teletrabajo.
"He estado mucho más conectado con mis empleados en las últimas seis semanas que en los últimos seis meses gracias a la tecnología que estamos utilizando", dice Biniamin Moreira, director de una empresa de Parabrisas.
El hombre de 75 años comenta a EXTRA que encuentra "estimulante" 'camellar' desde casa y espera que sus descendientes puedan aprovechar trabajar de esta manera sin tantos 'alaraques'.
Además, Vicky de la Torre, dueña de la empresa tecnológica Conexión Total, menciona que le había sido fácil reservar clientes para videoconferencias desde casa, en lugar de tener que viajar para reunirse con ellos. Menciona que ve poca necesidad de que sus empleados regresaran apresuradamente y predijo que algunos seguirían siendo trabajadores a domicilio.
Este, básicamente, es un mensaje alarmante para los ejecutivos de propiedades comerciales, que han estado lanzando fuertes dudas sobre la sostenibilidad del trabajo remoto.
Para muchos expertos la pandemia trajo una aceleración de por lo menos cinco años de una tendencia que ya estaba en camino y mostró que trabajar desde casa o fuera de la empresa es aceptable.
Además, si la distancia social limita el número de gente que puede trabajar junta, la oficina como espacio de colaboración también se va a ver afectada.
"La necesidad de que los trabajadores se juntaran en oficinas ha dado forma a todos los aspectos de la vida social moderna. Si la pandemia debilita el rol de la oficina, el cambio en la forma de trabajar y la forma de vida será profundo", lamenta Álvarez.
Pero el mal de Wuhan genera un nuevo paradigma: la distancia social es necesaria para evitar contagios, al menos por un tiempo. Por lo que se estima que este distanciamiento hará que el nivel de gente en los edificios de oficinas baje un 30 o 35% respecto de la cantidad de gente que iba a trabajar antes de la pandemia.
"La redistribución del espacio de trabajo y más metros para poder trabajar sin necesidad de estar en contacto con otros son algunas de las cosas que cambiarán la vida de las oficinas", afirma el economista y plantea una pregunta: ¿Qué sucederá con los espacios comunes como restaurantes, cafeterías o áreas de entretenimiento?
Según él, entran en una zona de peligro o, en algunos casos, decadencia.
¿Quiénes querrán ir a trabajar a la oficina?
Hay muchas personas que nunca habían probado el home office y hoy, debido al tenebroso virus, tuvieron la posibilidad de hacerlo.
"Dentro de este grupo, estimo que habrá un porcentaje importante que preferirá continuar con esta modalidad", afirma Knezevich.
Son aquellos, por ejemplo, que invierten mucho tiempo en viajar, en promedio dos horas por día para ir y volver. Esos, acorde al criterio de Knezevich, se dieron cuenta de que tienen el mismo rendimiento y pueden aprovechar el tiempo extra para actividad física, un hobby o cualquier cosa que los gratifique más que el viaje a la oficina.
Otro grupo son los padres que descubrieron que pueden pasar tiempo extra con sus hijos e igual ser eficientes si se les permitiera trabajar por objetivos y no por horas presenciales. También están aquellos que no disfrutan ni necesitan trabajar en equipo en forma permanente, asistir a reuniones ni verse obligados a socializar en forma permanente.
La 'pipol' que desea ir a la oficina
Dentro del grupo que buscará regresar a la oficina estarán aquellos para quienes socializar es uno de los temas clave en su vida cotidiana y que satisfacen ese aspecto de su vida principalmente en la oficina.
"Podemos encontrar en este grupo gente joven o adultos que viven solos. También aquellos que no tengan comodidades suficientes en su casa para montar un lugar de trabajo apropiado y cómodo pueden preferir volver al orden que les proporciona una oficina", dice.
Pero ¿cómo harán para jugar a que tienen poder si poca gente está en la oficina?
Estos jefes que basaban su poder en el control y la desconfianza están frente a la disyuntiva de tener que controlar y confiar en la gente a la distancia. "Un dolor de cabeza para estos antilíderes que preferirían que todo volviera al statu quo anterior para poder disfrutar de seguir torturando a sus mortales empleados", comenta Álvarez.
Así las cosas, solo el tiempo dirá qué fue lo mejor durante esta época marcada por el coronavirus, causante del COVID-19: si trabajar de manera remota o seguir yendo al 'camello' con la mentalidad de que en cualquier momento podría 'agarrar' el famoso y escalofriante patógeno.