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Buena Vida
Sexfulness: La clave para vencer la disfunción eréctil, según terapeuta
Terapeuta asegura que este problema es muy común. La ‘receta’ consiste en aprender a soltar las preocupaciones y concentrarse en la pareja
No todos los hombres son un ‘10’ en la intimidad. Los pensamientos de miedo y ansiedad relacionados con el acto sexual son más comunes de lo que se cree, según la sexóloga María Fernanda Serrano (@SoyMaferSerrano). Estos pensamientos, en su mayoría negativos, pueden ser el detonante de la temida disfunción eréctil.
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“Ya no es solo el hombre disfrutando con su pareja, sino que empieza a anticiparse y pensar: ‘Tengo que funcionar’, ‘Tengo que durar’ y ‘Ojalá que se pare’”, explica la especialista.
El problema comienza cuando te desconectas del momento y del placer, al enfocarte en pensamientos ajenos. Aquí es donde entra el concepto de ‘Sexfulness’. Pero, ¿qué significa? Básicamente, según Serrano, se trata de aprender a estar plenamente presente durante el sexo.
La ‘receta’, entonces, no consiste en dejar la mente en blanco, sino en soltar las preocupaciones y centrarse en lo que realmente importa: tú, tu pareja y el placer compartido. “Así sí vas a funcionar”, asegura la experta.
El círculo vicioso mental de la disfunción eréctil
La primera vez que la ‘herramienta’ no responde como esperabas, es posible que lo ignores. “Fue el cansancio” o “Solo es estrés” suelen ser las excusas comunes, señala Serrano. Sin embargo, cuando esto ocurre una segunda vez, el miedo comienza a instalarse. Y si pasa una tercera vez, ese temor crece y se convierte en un sello difícil de borrar.
“Cada vez que anticipas una relación sexual, el pensamiento dominante es: ‘Me va a volver a pasar’. Ese es el inicio de un círculo vicioso, donde tu mente ya está programada para el fracaso antes de siquiera intentarlo”, explica la sexóloga. En este punto, la solución pasa por buscar ayuda profesional.
En promedio, este tipo de problemas, cuando tienen un origen psicológico y no físico, requiere entre 10 y 15 sesiones de terapia, distribuidas a lo largo de unos cuatro meses. Sin embargo, si la ansiedad generalizada es el factor principal, el tratamiento puede extenderse y necesitar un enfoque más profundo.
No existen miedos anormales ni razones para castigarse. La psicóloga explica que todos los hombres que acuden a su consulta comparten temores similares, que suelen tener raíces en la crianza, la religión o la presión social.
Por ello, Serrano aconseja a quienes sufren en silencio: “No tengan miedo de hablarlo. Es algo muy común y no los hace menos hombres”.
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