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Familia
Nada de ruegos al darle una orden a tu hijo
La crianza o disciplina positiva no es permisividad, es hablarle a tu vástago con firmeza y respeto, de lo contrario, perderías autoridad ante él
“Papito ponte la pijama. ¿No quieres? Si lo haces mañana compramos helado”. Suplicarle a tu hijo para que coma, duerma o haga los deberes, no es un recurso recomendado. Lo que debes de hacer es dar una orden firme, pero con respeto, sin condescendencia.
“Por lo general se suele confundir la crianza o disciplina positiva con permisivismo y no es correcto. El principio fundamental de esta disciplina es la firmeza amable, es decir, que mediante conexión y validación emocional soy capaz de colocar límites adecuados a la edad del niño”, manifiesta la psicóloga clínica Yanira Ibarra.
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La experta dice que se puede suplicar creyendo que así el chico tendrá predisposición para hacer lo que le piden. “Algunos padres lo hacen para evitar el momento incómodo o porque le faltan recursos. También están aquellos progenitores temerosos de incurrir en estilos de crianza extremadamente autoritaria”, indica Ibarra, quien sostiene que ambos progenitores podrían caer en estas prácticas.
A los niños pequeños se le pueden dar alternativas para que escojan, de esta forma fomentas un desarrollo adecuado de su autoestima, pero recuerda, hay reglas que no son negociables, afirma la psicóloga.
Rogarle al menor daría chance a que el chico pueda tener control sobre las decisiones de los progenitores. “Validar una emoción no es lo mismo que permitir que el niño haga lo que quiera”, asevera Ibarra.
¿Cómo serían estos retoños? Un niño que se desarrolla en un entorno permisivo tiende a presentar problemas para controlar los impulsos, para relacionarse con los demás, carecen de esfuerzos y perseverancia, con poca tolerancia a la frustración, serían poco pacientes, describe la psicóloga clínica Angélica Veloz.
- EXTRAtips
1. Que la amabilidad esté presente. Es importante iniciar una orden con la palabra “Por favor”, esto demuestra respeto y da un buen modelo de cómo relacionarse con los demás.
2. Pilas con el tono de voz. Es importante que la disposición que le des a tu descendencia sea con su tono normal y que ellos aprendan a responderle así, sin que sea a por medio del grito, enojo o ruego.
3. Sé específico en las órdenes. Que no sean generales, dile qué exactamente quieres que él realice. Y estas instrucciones deben de ser de acuerdo a la edad y desarrollo del menor.
4. Elógialo cuando cumpla las consignas. Halágalo cuando el chico haya cumplido la instrucción, que reconozca su esfuerzo es esencial, esto aumentará la posibilidad de que siga cumpliendo y mejora su autoestima, pues le haces saber que estás orgulloso de él.
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