E l doctor Orlando Pin (55), cirujano y especialista en medicina interna, crió a su hijo mayor, Cristhian (30), quien siguió sus pasos. Al no tener con quien dejarlo, Cris -como le dicen de cariño- se familiarizó con el quirófano desde los 4 años. En lugar de comer en casa lo hacía en la sala de emergencias. Veía sangre, pero nunca le dio asco. Desde entonces supo a lo que se dedicaría.

Detalles como estos, el orgulloso papá de 5 hijos (Gabriela, Domenik, Valeria y Thiago) los recuerda con una sonrisa.

La vida no fue fácil para ellos. Orlando pasó seis meses de su vida en coma producto de un accidente de tránsito, historia que relata en su libro ‘La vida sigue’.

En esta entrevista no se habló de enfermedades ni medicinas, sino de su vínculo como padre e hijo, dentro y fuera del quirófano. Cuando están juntos comparten el mismo sentido del humor. La comunicación entre los dos fluye con facilidad. Recordar las anécdotas de Cris les saca carcajadas. Bromean todo el tiempo. Cristhian resalta que heredó de su padre la pasión por la medicina y el gusto por las mujeres. Detalles de los que hablan sin complicaciones.

¿Cristhian, pareces el modelo, pero tu papi resaltó más en las fotos?

Cristhian: (Risas) Sí, él está acostumbrado a las entrevistas y al TikTok. Le gusta. No se complica la vida.

Orlando: Él está aquí porque le dije que me dé este momento como regalo del Día del Padre y me puso condiciones, no bailaría para TikTok.

¿Un Día del Padre que haya sido inolvidable?

O: Cuando desperté de mi estado de coma, luego de seis meses, Cris tenía un año. Se metieron los ladrones a mi casa y vi como se llevaban todo. No podía moverme, tenía fierros en mi pierna, esto sucedió un día antes del Día del Padre.

C: El año pasado fue mi mejor celebración, ya tengo una hija.

¿De qué están orgullosos?

O: Yo de mi madre (Esperanza Benavides), quien también fue mi padre, a pesar de sus bajos recursos económicos me enseñó los valores.

C: Yo de mis padres, no sé si mi papá fiaba o no comía, pero nunca nos faltó un plato de comida.

¿Si no fuesen médicos qué serían?

O: Sacerdote, al menos me quedó la calva.

C: Técnico de aire acondicionado, porque cuando van a mi casa para dar mantenimiento se llevan casi todo mi sueldo (risas).

¿Cómo los identifican sus pacientes?

O: El doctor viejo o el joven.

C: Por supuesto, yo soy el joven.

Son médicos modernos con tatuajes...

O: Lamentablemente vivimos con prejuicios. Cuando llegué de hacer mi especialización en Argentina vine con un arete.

C: A mí no me gusta usar el mandil, pero me lo pongo para esconder mi tatuaje.

¿Qué les deprime?

O: Ver morir a un paciente.

C: Cuando un paciente no tiene los recursos para comprar las medicinas, nosotros lo ayudamos e incluso si está en nuestras posibilidades les damos la medicina.

Si digo “COVID” qué es lo primero que se les viene a sus cabezas

O: Casi me muero.

C: Fui el médico de cabecera de mi papá. Tuve fe de que iba a salir de esto. Se armó una sala de terapia intensiva en casa.

Las mujeres los apasionan, ¿cómo es la relación con sus exs?

O: Yo me llevo con todas. Trabajaron en mi clínica. Entre ellas se llevan bien. De hecho, se reunieron para armarme una sorpresa, saben que para Navidad y fin de año me deprimo por no tener a todos mis hijos juntos, entonces ellas lo hicieron posible.

C: Eso no heredé de mi papá. Soy muy radical. No hay ni amistad. 

¿Un sueño por cumplir?

O: Hacer un TikTok con ‘este man’.

C: Que mi papá sea feliz.

¿Qué tipo de música escuchan?

O: Reguetón. ¡Soy ñengoso! (Risas)

C: A Bad Bunny.

Una frase de batalla

O: ‘La vida sigue’, y así lo titulé a mi segundo libro.

C: ‘No te conformes y continúa’.

- Orlando tiene dos maestrías y siete reconocimientos internacionales.

Se especializó en Argentina, España y Estados Unidos. A sus más de 45.000 seguidores en Instagram los entretiene con bailes y recomendaciones médicas.

- Cristhian posee una maestría. Fue modelo profesional y le encantan los asados.