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Buena Vida
Aprende a gestionar la ira
Quien la padece puede llegar a sentir rabia o furia, irritabilidad por cosas insignificantes, inquietud, tensión y sentirse al límite
C ontrolar nuestro temperamento puede ser un reto. Si no actuamos a tiempo nos puede llevar a tomar malas decisiones, realizar acciones o decir palabras que tal vez con cabeza fría no haríamos. Quienes actúan de esa manera suelen estar sometidos por la ira, una emoción natural que todos los seres humanos deben aprender a controlarla y afrontarla de la mejor manera.
Pero, ¿cómo detectar que hay descontrol de esta emoción?
Según la psicóloga clínica Verónica Baque, se la detecta por la manifestación de violencia física, verbal y psicológica; aparece de la nada, de manera exagerada en relación a lo que la está estimulando y, por último, esta ira se sostiene durante más tiempo de lo ‘normal’.
“Suele desencadenarse por estímulos externos como situaciones que le pasan o comportamientos de los demás y estímulos internos, por ejemplo, pensamientos, preocupaciones, recuerdos”, afirma la profesional.
Esa persona también puede llegar a sentir rabia o furia, irritabilidad por cosas insignificantes, inquietud, tensión, sentirse al límite, pensamientos acelerados, hormigueo, temblores, palpitaciones, opresión en el pecho, taquicardia, sudoración, dolor de cabeza.
Cómo identificar a quien la padece
Como cualquier emoción cuando se manifiesta de manera inapropiada y la persona empieza a presentar problemas de interacción social. La alerta se activa cuando empieza a dificultarse el desenvolvimiento del individuo en actividades cotidianas como estudiar o trabajar y hasta divertirse; todo esto provocado por la cantidad de pensamientos que se desencadenan a la vez, tanto por estímulos externos como internos.
Por ejemplo, la emoción intensa de miedo o ira se manifiesta en pacientes con Trastorno Limítrofe de la Personalidad, ya que experimentan la sensación de estar siendo abandonados o descuidados.
Otro ejemplo se da con una marcada predisposición a actuar de modo impulsivo sin tener en cuenta las consecuencias; es frecuente que intensos arrebatos de ira conduzcan a actitudes violentas o a manifestaciones explosivas; estas son provocadas al recibir críticas o al sentirse frustrados en sus actos impulsivos, a esto se conoce como Trastorno de Inestabilidad de la Personalidad.
Trastorno Explosivo Intermitente
Cómo determinarlo:
• Durante tres meses se producen berrinches o peleas, también agresiones físicas.
• Cuando en el último año haya tenido tres actos de impulsividad en el comportamiento que cause daños o destrucción de su entorno.
• Cuando la manifestación de la agresividad se considera desproporcionada con respecto al estímulo que la produjo.
• Los actos impulsivos de ira le producen malestar y alteran su rendimiento laboral/escolar o sus relaciones interpersonales y llegan a tener consecuencias económicas y también legales.
- Terapia
Para controlarla se precisa de una psicoterapia y acompañamiento profesional:
• Se recomienda que el paciente no guarde su ira.
• Que aprenda a expresar las pequeñas molestias a medida que van apareciendo.
• La asertividad es importante hablándole a los demás expresando sus ideas y emociones de manera natural y con tacto, sin juzgar ni ofender y asumiendo la propia responsabilidad, evitando las culpas.
• El uso del semáforo es una buena técnica visualizando sus colores, por ejemplo en la luz amarilla: reconociendo los primeros pensamientos que sabes que alteran tu humor.
• Procurar no responder inmediatamente, aplazando su respuesta.
• Es necesario llevar un registro de comportamiento para aprender a identificar y analizar las situaciones que regularmente lo alteran, esto ayudará a identificar los patrones.
• Para canalizar la rabia de forma saludable aprender técnicas de relajación o respiración profunda, hacer alguna actividad física como deportes y ejercicios o también dar paseos al aire libre.