Los taxistas y vendedores ambulantes que suelen ubicarse en los exteriores de Quicentro Sur, en Quitumbe, al sur de Quito, no sabían dónde refugiarse cuando se desató un tiroteo la mañana del 4 de abril. Una banda criminal, compuesta por al menos 10 sujetos, intentó asaltar a los guardias que custodiaban un carro blindado.

La balacera se extendió por los alrededores del centro comercial y alcanzó la avenida Quitumbe Ñan. Un taxista que usualmente transporta a los usuarios del lugar contó a EXTRA cómo vivió esos momentos de terror.

Cuando escuchó los disparos intentó acelerar la marcha, pero frente a él se cruzó uno de los delincuentes, quien estaba armado con una pistola y respondía el ataque que provenía de adentro. El conductor se protegió detrás de su vehículo y observó la escena. “Parecía una película de acción, ‘llovían’ balas por todo lado”, recordó.

De pronto, observó que el pillo que estaba cerca de su auto se desplomó luego de ser impactado por un par de balas. Detrás de él salieron sus compinches. Uno de ellos intentó levantarlo, pero otro le dijo: “¡Déjalo, que ya está muerto!”.

Luego se subieron en tres motocicletas de alta gama que estaban estacionadas afuera del establecimiento, ,donde les esperaban otros miembros de la estructura criminal, y huyeron. “Tenían fusiles y subametralladoras”, mencionó el taxista.

Así se disfrazaron los pillos en el ataque al Quicentro Sur 

El delincuente herido fue llevado a un hospital en el sector de Las Cuadras, pero en el camino murió porque los disparos comprometieron sus órganos internos. Además, uno de los guardias del vehículo blindado resultó herido en el hombro izquierdo y se recupera en una casa de salud del centro norte de la ciudad. Su condición es estable.

En el lugar donde abatieron al pillo encontraron una peluca, mascarilla, un arma de fuego, ropa y un bolso. Estas fueron fijadas como evidencia por parte de agentes de Criminalística. 

Un informe policial al que EXTRA tuvo acceso detalla que los delincuentes abordaron a los guardias del blindado cuando estos trasladaban una gran suma de dinero en varios bolsos, desde una tienda de ropa hasta una entidad financiera dentro del centro comercial.

Según los celadores, algunos de los pillos estaban vestidos con chalecos reflectivos, para hacerse pasar como guardias del establecimiento. Otro tenía un mandil y un estetoscopio, simulando ser un doctor. Incluso había unos que tenían caretas. De repente, uno de ellos amenazó a los guardias y empezó la balacera.

El general Henry Tapia, comandante de Policía del Distrito Metropolitano de Quito, informó que el delincuente abatido registraba varios antecedentes penales por robo desde el 2016 y que sería parte de una estructura delictiva que se dedicaría al robo de blindados y cajeros automáticos en la capital. Varios de estos hechos se cometieron el año pasado. 

Conmoción y pánico en el Quicentro Sur

Usuarios y empleados de los almacenes del centro comercial se escondieron en algunos negocios, hasta que terminara la balacera. Cuando intentaron salir, la policía se los impidió porque se presumía que algunos delincuentes todavía permanecían en el lugar.

Cerraron todos los accesos al establecimiento y, uno por uno, les revisaron sus pertenencias y les pidieron sus cédulas para confirmar que no tienen cuentas pendientes con la justicia. Así evacuaron a las personas. 

Además, un camión de las Fuerzas Armadas con más de una docena de militares fuertemente armados colaboró en la seguridad del perímetro. Tapia señaló que se activaron varios operativos para ubicar a los delincuentes, pero hasta el cierre de esta nota digital no se ha ubicado a los responsables de este atentado. 

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