Si no produces la suficiente leche para darle de lactar a tu bebé, no te estreses. Tus senos van a darte exactamente lo que el niño necesita. Por si no lo sabías, el exceso de producción podría ocasionar complicaciones como obstrucciones o mastitis.

Hay causas por las cuales la leche puede disminuir, entre ellas, el horario y tiempos en las tomas. Si no lo pones a tu bebé al pecho, este no va a recibir el estímulo que debería, por lo que difícilmente producirá la leche. Por otro lado está el mal agarre o mala postura: si no es la correcta puede que no haya una buena transferencia de leche y el bebé no recibirá la suficiente cantidad que debería en las tomas, por lo tanto no se estará haciendo un adecuado vaciamiento de la mama. Para que desde el primer día tu pecho produzca leche suficiente para alimentar a tu pequeño sigue las recomendaciones de la pediatra Carol Valdivieso.

Claves

1. Estimular y extraer leche. Cuando el recién nacido no es capaz de tener un buen agarre, por cualquier motivo que sea, es conveniente que después de las tomas te extraigas leche hasta que se solucione ese problema y pueda hacer las succiones efectivas. Si el bebé no lo hace, el cuerpo entenderá que no debe producir más leche.

2. Evita el chupón. Al menos hasta que la lactancia esté bien establecida (el primer mes, aproximadamente) para que no se confunda la tetina con el pezón y no tenga ningún problema a la hora de hacer un buen agarre. Se podría mal acostumbrar.

3. Tu alimentación es fundamental. Debes tener una dieta equilibrada y hábitos saludables. La lactancia significa un gran desgaste energético para la madre, por lo que se recomienda a quien amamanta no haga dietas de pérdida de peso, ya que deberá ingerir unas 2.500 calorías diarias.

4. Ofrécele el pecho a demanda. Olvídate del reloj. Cada niño sigue su propio ritmo. Algunos tienen apetito cada 2 horas; otros harán tomas sin intervalos fijos. Además, ten en cuenta que hay bebés que vacían el pecho en 5-10 minutos y otros que necesitan mucho más tiempo.

5. Confía en tu cuerpo. Si la lactancia se realiza correctamente, tu pecho producirá la cantidad suficiente de leche que tu bebé necesita para estar bien alimentado. La naturaleza es sabia.