Luis Jácome Mayanza, recibió sus primeras clases de arte, desde la portería de una universidad de Quito. Hoy, uno de sus cuadros forman parte de la galería quiteña Tullpukuna en el Complejo Cultural La Mina CliffSide.

Un espacio que ampara a pintores y escultores nuevos y les brinda la oportunidad de mostrar su arte al público. Fue creado por Fátima Endara Crow, hija del reconocido pintor Gonzalo Endara Crow. “Más que una galería es un club”, describe.

Allí, los artistas no deben pagar un solo centavo par que sus trabajos vean la luz. “En las galerías les cobran mil, dos mil por mes, acá no”, narra la gestora cultural, mientras recorre la primera sala de ese lugar, ubicado en la avenida Interoceánica, en el oriente de Quito.

Allí, hay un cuadro hiperrealista del pintor Xavier Terán, cuyo detalle, color y profundidad son tan precisos que parece una impresión más que un óleo.

En ese mismo salón, de luces bajitas, que invita a los visitantes a la reflexión están los cuadros de Michelle Hidalgo, Mario Cicerón, Silvia López, Pavel Égüez y Paúl Calderón. Aquellos reconocidos pintores son una especie de 'paraguas' bajo el que se cobijan artistas que recién empiezan y que fueron seleccionados por Tullkupuna mediante una convocatoria de talentos.

Camilo Trujillo, de 22 años, es uno de los. Siempre le gustaron las artes y, cuando decidió pintar su primera obra, sus padres no dudaron en hacerle barras.

En la pieza se ve a un caballo y aun mujer, acompañados, de paisajes diversos. Es como varios cuadros en un solo bastidor. “La narrativa es distinta en cada persona que lo ve”, relata el muchacho que estudia para convertirse en director técnico de fútbol.

Los reconocimientos

Galerías de Egipto y Washington, en Estados Unidos, son los destinos que tienen las obras de cinco artistas que actualmente están en Tullpukuna. Daniel Morales está feliz de exponer su trabajo en el exterior. Para él el arte es todo aquello que no puede expresar con palabras. Francisco Galárraga y Mikaela Báez comparten sala con Daniel y narran las motivaciones que han tenido para dedicarse a la pintura. Galárraga, además de plasmar bellezas sobre el óleo, es un artista digital y un as con los programas de diseño gráfico.

Por oto lado, Mikaela, quien estudio filosofía, sentía que en su vida, algo le hacia falta y lo encontró en la pintura. Una obra en tonos blanco y negro es su más reciente creación.