Para pasar por la calle Río Verde, en El Panecillo, hay que sortear los huecos y las piedras apiladas. Definitivamente debe ser a pie, porque ningún vehículo podría.

Este barrio del Centro Histórico de Quito ha permanecido, en los últimos dos meses, en trabajos de cambio del sistema de alcantarillado. “Esto parece no tener fin, no creímos que se podría demorar tanto”, dice Margot Chicaiza, moradora de la zona.

Los vecinos comentan a EXTRA que las personas encargadas de esta obra van solo unas cuantas horas y que incluso hay días en los que ni llegan. “Así no se puede avanzar. Vienen un rato por la mañana, luego llueve y se van”, asevera Elsa Tulmo, también vecina.

ENCERRADOS

Los negocios de la zona se han visto afectados por los trabajos, pues tanto los clientes como los proveedores no tienen acceso a esta parte del barrio. “Yo soy una mujer mayor y me toca venir cargando las jabas de colas. No avanzo”, se queja Chicaiza.

Cerca de allí hay un sendero para subir a la cima de El Panecillo, sitio turístico al que llegan nacionales y extranjeros. “Es la ruta alterna, para los que prefieren subir a pie”, cuenta Alberto Masapanta, dueño de una tienda.

Pero eso no es todo, pues además de la disminución de las ventas, los moradores deben lidiar con el polvo y con el lodo cuando llueve. “Es que no se puede ni salir de la casa, porque todo está lleno de tierra”, lamenta Chicaiza.

Otra situación que los preocupa es la falta de movilidad para adultos mayores y personas con discapacidad, pues aunque los trabajos se realizan en la calle, el material se apila en las veredas.

“Por aquí no pasa una silla de ruedas y alguien con muletas simplemente se caería”, opina Masapanta.

¿CÓMO VA LA OBRA?

EXTRA se contactó con la Empresa Metropolitana de Agua Potable y desde el departamento de comunicación informaron que el avance de la obra es del 65 %.

“Gran parte del sistema de alcantarillado y acometidas domiciliarias se encuentra en mal estado, situación que genera trabajos de desvíos, mejoramiento de material, excavaciones a mano”, explicaron en un comunicado.

Además, señalaron que las lluvias y el robo de herramientas han incidido en las jornadas de trabajo.

Sin embargo, los vecinos asumen que la demora se debe a que se han abierto varios frentes simultáneos de trabajo. “Son varias calles las que están intervenidas desde hace varios meses y no terminan ninguna”, dice Elsa Tulmo.