Los responsables del asesinato de Braulio Vicente Bailón Obando, presunto líder de la organización criminal Mafia 18, y de sus acompañantes, Juan Carlos Medina Peralta y Edgar Stalin Vélez García, aprovecharon un corte de energía eléctrica en la zona para ejecutar el ataque.

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Una fuente policial de alto rango informó que los atacantes, que utilizaron pistolas y fusiles, llegaron a la intersección de las calles Bálsamos y Primera, en Urdesa central, al norte de Guayaquil, minutos antes de que se produjera el apagón la noche del lunes 2 de diciembre.

Según las investigaciones, Bailón y sus acompañantes habían pasado la tarde y noche consumiendo alcohol y participando en una parrillada, en la que, presuntamente, también estuvieron acompañados de trabajadoras sexuales.

“Parece que todo estaba premeditado. El hecho ocurrió alrededor de las 20:00. Los atacantes ingresaron al inmueble mientras aún había luz y, al producirse el apagón, comenzaron a disparar. Utilizaron pistolas y fusiles, y vestían uniformes similares a los de los militares”, reveló un oficial.

El domicilio registrado de Bailón estaba en la cooperativa Derechos de los Pobres, en el Guasmo Sur de Guayaquil.

La Policía maneja dos hipótesis principales sobre el móvil del asesinato. La primera sugiere una traición interna dentro de Mafia 18, provocada por una fragmentación del grupo.

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“Las organizaciones criminales en Guayaquil están formadas por personas relativamente jóvenes y carecen de liderazgos sólidos, lo que genera conflictos internos y descontrol”, explicó un investigador.

La segunda hipótesis plantea que el ataque pudo haber sido perpetrado por una banda rival que busca controlar el territorio.

Lo que encontraron en la escena del crimen

“El liderazgo de Bailón, quien cumplió 39 años el 2 de junio pasado, contrastaba con la tendencia actual: la mayoría de los cabecillas criminales no logran mantenerse con vida más allá de los 25 años debido a las constantes disputas y ajustes de cuentas”, precisó la fuente policial.

El triple crimen se suma a los 61 asesinatos registrados este año en el distrito Modelo hasta el 4 de diciembre, ocho menos que en el mismo período de 2023. Las investigaciones continúan para determinar con precisión los motivos del ataque y capturar a los responsables.

En la escena del crimen se recogieron 30 vainas percutidas de calibre 9 milímetros y 25 vainas percutidas de calibre 2,23. Según las investigaciones, los asesinos habrían llegado en dos vehículos, los cuales estacionaron cerca de la casa donde perpetraron el ataque.

Además, la policía encontró en el lugar una pistola marca Glock y un cargador con 12 cartuchos sin percutir de calibre 9 milímetros. 

Sesenta y cuatro 64 días antes de ser asesinado, Braulio fue detenidos en Tumbes, Perú, junto a ocho personas: seis ecuatorianos y dos peruanos.

Microbandas, un fenómeno criminal en evolución

Para Daniel Pontón, de la Facultad de Seguridad y Defensa del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN), las microbandas han ganado protagonismo en el panorama criminal. Suelen operar de manera paralela, manteniendo vínculos con las agrupaciones principales.

“Pensamos que estas estructuras son estables y organizadas, pero no lo son. En un entorno caótico, siempre hay una estructura que respalda sus intereses criminales, controla territorios y genera cultura, pero las microbandas no se organizan como imaginamos. Existen disputas internas por negocios, territorio y liderazgo”, explica Pontón.

Las microbandas también podrían evidenciar una dinámica en evolución, un fenómeno conveniente dentro de un contexto anárquico, donde las reglas y la disciplina se rompen fácilmente.

“Su presencia es una respuesta a la anarquía, bajo la premisa de que cualquiera puede formar una banda y empezar a disparar. Además, las microbandas pueden surgir como parte de una estrategia de grupos matrices, que mediante pequeños grupos buscan debilitar o desaparecer a estructuras mayores”, analiza el experto.