“La delincuencia me lo mató”, afirma con indignación y tristeza Rosa, nombre protegido de una de los cinco hijos de Juan Carlos Torres, taxista asesinado en la tarde del lunes 14 en el norte de la ciudad, con un arma blanca.

Torres, de 52 años, salió a las 10:00 desde su vivienda en el suroeste de la Perla para ganar el dinero que representaba su sustento. Ese día sería uno más de trabajo en su auto amarillo. Él, incluso dice su hija, había limpiado los ventiladores de la casa de su madre desde temprano.

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Poco después, Juan Carlos se comunicó con sus trillizos para conocer cómo habían amanecido. “Eso fue lo último que supimos de mi papá”, dice Rosa. Apenas iniciaba su jornada, el taxista habría aceptado una carrera en la ciudadela Bellavista, en el norte, donde se habrían subido dos hombres que, supuestamente, por sustraer sus pertenencias lo apuñalaron.

“Él se hizo un torniquete con la franela, pero como estaba débil por la pérdida de sangre no fue fuerte”, explicó su hija. Herido, Juan Carlos habría conducido desde Bellavista hasta un centro de salud ubicado en Víctor Hugo Briones y Sucre, donde según lo que le han informado a su familia llegó sin signos vitales, por lo que no fue atendido.

El mariachi de la familia

“No especularemos porque ahora solo queremos tranquilidad”, enfatizó su allegada. Su familia ahora lo quiere recordar como el gran artista que fue por más de 30 años: un mariachi con sombrero y traje.

Torres inició su amor por el arte gracias a la inclinación de su familia por la música. Los exintegrantes de la orquesta Urakan Tropical, quienes fallecieron en un accidente de tránsito en el 2016, eran sus parientes. “Él participó en los programas Yo me llamo y La feria de la alegría. Era un artista completo”, describieron con tristeza sus trillizos.

Lo que todos sus retoños destacaron era la alegría, generosidad y tranquilidad de su padre. “Él animaba eventos o iba a cantar incluso cuando le decían que era algún evento gratuito”. Además, resaltaron que para fechas especiales como cumpleaños de su progenitora o el Día de las Madres separaba un tiempo para ir a dedicarle una canción a su ‘viejita’.

“Él era el que hacía las bromas y los chistes en las reuniones familiares. Siempre cantaba Sombras, Gema, y la que más le gustaba, En tu pelo”.“No bebía, no fumaba, no se metía con nadie. No es justo lo que le pasó”, finalizaron sus hijos trillizos.

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