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El sueño reparador beneficia todos los órganos.Ron Lach/Pexels

El sueño y los beneficios de un descanso de horas completas

El sueño influye en la prevención de enfermedades. Las personas que no descansan bien pueden sufrir de hipertensión y obesidad

Los trastornos del sueño afectan al 40 por ciento de la población y pueden tener efectos negativos en la salud, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Dormir bien tiene una estrecha relación con la salud y la calidad de vida, por lo que “cuando el sueño falla, la salud y la calidad de vida disminuyen”, aseguran médicos.

Muchas personas, sin embargo, no cuentan con las horas necesarias para que su organismo funcione bien al día siguiente. Las dificultades para conciliar el sueño o despertarse muchas veces a lo largo de la noche suelen ser las principales dificultades con las que se encuentran los que viven con insomnio.

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“El descanso se considera imprescindible para la salud física y mental. El sueño insuficiente o no reparador tiene importantes consecuencias en el bienestar de la persona, en su rendimiento y a nivel orgánico”, asegura la doctora Milagros Merino, miembro del comité científico de la Sociedad Española del Sueño.

Té de hierbabuena: Sus propiedades relajantes la convierten en una opción natural para descansar. Su preparación se basa en calentar agua y añadir la planta. Antes de consumir, debes dejarla reposar unos minutos.

Obesidad, infartos y otras dolencias

Según la World Sleep Society (Sociedad Mundial del Sueño, en español), una cantidad insuficiente de sueño se relaciona con el desarrollo de patologías y dolencias como la obesidad y la hipertensión, el deterioro cognitivo asociado a la edad y una menor respuesta del sistema inmune, entre otras.

Aquellas personas que duermen menos de 6 horas tienen un 27 % más de probabilidades de padecer aterosclerosis, una dolencia relacionada con el infarto de miocardio. En el caso de que el sueño sea de mala calidad, este riesgo asciende al 34 por ciento, dejando clara la relación entre sueño y el riesgo cardiovascular.

Por su alta incidencia y consecuencias, profesionales piden que estos desórdenes tengan su propia especialidad médica.

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