La última vez que Andrea vio a su hijo fue cuando lo dejó sentado frente al televisor, la mañana del 15 de junio. Horas después lo encontró sin vida en el área de emergencias del hospital San Francisco, en el norte de Quito. Dos días antes, la criatura cumplió cuatro años.

Su pareja es el principal sospechoso del asesinato del niño, quien también habría sido abusado sexualmente. El sujeto se encuentra con prisión preventiva y es procesado por el delito de asesinato.

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Andrea explicó a la Policía que el 14 de junio ella se contactó con su novio para que, al día siguiente, este la ayudara a llevar a su hijo hasta su lugar de trabajo. La intención era que lo recogiera en el domicilio ubicado en el sector de El Inca, en el norte de la ciudad, y lo llevara hasta la 6 de Diciembre y Santa Lucía.

A las 07:55 del 15 de junio, el sujeto le dijo a Andrea, mediante un mensaje vía WhatsApp, que había llegado a su casa y le adjuntó una foto del niño mirando la televisión.

Minutos después le volvió a escribir para avisarle que el pequeño se hizo sus necesidades y manchó su ropa. También le habría sugerido que lo quería bañar, pero Andrea le pidió que no lo hiciera porque ella lo hizo antes de salir a trabajar. Le precisó que solo lo limpiara.

20 minutos después, el sujeto le escribió de nuevo a la madre y le comentó que el niño se le había caído y que se golpeó la cara. Según el sospechoso, no sabía qué hacer. Lo acostó en la cuna, pero la criatura no reaccionaba.

Andrea salió del trabajo y le dijo a su pareja que se encontraran en el camino para llevarlo a un hospital. Ambos entraron a la casa de salud y los médicos que atendieron al menor de edad confirmaron su muerte.

El sospechoso se hizo el ‘loco’ y se fue del hospital sin decir nada, mientras tanto, los investigadores de la Unidad de Muertes Violentas (Dinased) llegaron para levantar los primeros indicios.

Los galenos les informaron que la víctima tenía varios golpes en su cuerpo y que había marcas que confirmaban que también fue ultrajado.

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El mayor Óscar Puebla señaló que realizaron un operativo para hallar al responsable. Rastrearon su teléfono y la ubicación marcó las calles Chile y Montúfar, en el Centro Histórico de Quito. Andrea les dijo a los policías que en ese lugar vive la mamá de su novio.

Los agentes hablaron con la señora y ella les contó que su hijo no estaba en la casa. Lo llamó para que regresara y en ese momento los policías lo capturaron. El sospechoso será indagado durante 30 días, en los que la Fiscalía deberá demostrar su culpabilidad del crimen.

Durante la audiencia de flagrancia, el sospechoso del crimen quiso ‘hacerse el loco’ y le ‘chantó’ la responsabilidad a la mamá de la criatura.

Según su versión, el 15 de junio había ido a la casa de Andrea para llevar a su hijo al parque. Iban a desayunar cuando se percató que el niño había ensuciado la ropa tras hacer sus necesidades. “Lo metí a la ducha para limpiarlo... luego me fui a la cocina, y escuché un golpe”. Luego se había contactado con la mamá.

El sospechoso indicó que Andrea supuestamente solía golpear a la criatura y que mentía que solía venir agredido de la escuela.

El nombre de la madre del niño fue cambiado para proteger su identidad.

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