Dos hechos suscitados en el Centro Histórico de la capital develaron las dos caras con las que, supuestamente, estarían actuando agentes de la Policía Nacional, frente a un presunto delito.

El primer caso se viralizó en las redes sociales, mientras que el segundo está en un proceso judicial desde el miércoles 31 de marzo...

Una mujer grabó con su teléfono celular el momento en el que un uniformado le dijo que es una pérdida de tiempo denunciar en la Fiscalía, el intento de robo a mano armada, que ella acababa de sufrir, por parte de tres individuos.

Ministro: la Policía está para servir

El vídeo fue grabado la tarde del martes 30, en el sector de la Basílica, y causó indignación en la ciudadanía y autoridades, hasta el punto de que el mismísimo ministro de Gobierno, Gabriel Martínez, pidiera disculpas por este hecho, en su cuenta de Twitter: “La Policía está para servir y, por ello, he pedido un informe del procedimiento adoptado por los servidores policiales”, escribió.

La afectada aparece en la grabación diciendo que ella se dirigía en bicicleta a su casa y fue interceptada por tres sujetos, quienes habrían intentado tumbarla para quitarle el vehículo de dos ruedas.

Añadió que uno de los pillos tenía un cuchillo y enfocó la cámara al suelo donde estaba el objeto. En el fondo y, contra la pared, permanecían los tres sospechosos.

Al solicitar que le ayudaran con la querella, uno de ellos dijo: “Le acompaño, pero es una pérdida de tiempo para usted y para mí”.

Diario EXTRA intentó contactarse con algún oficial de policía del sector, pero indicaron que reunirían las evidencias para que la nueva comandante, Tannya Varela, se pronuncie sobre el caso.

Ricardo Camacho, analista de seguridad, notó que existe una falta de profesionalismo en el agente quien, a su criterio, no cumplió con su deber de proteger a la ciudadanía.

Según el experto, cuando se realiza este tipo de procedimientos, el gendarme no debe dar juicios de valor sobre las circunstancias del hecho.

A su parecer, el uniformado debía llevar a los detenidos junto a la víctima y el cuchillo a la Unidad de Flagrancia y dejar que los operadores de justicia hagan el resto. “Que luego queden libres los pillos es otra cosa, pero ya está la denuncia”.

La otra cara de la moneda

David (nombre protegido) fue ayer junto a sus familiares a la Fiscalía para denunciar a un agente, quien al parecer lo habría confundido a él y a su amigo con delincuentes.

La mañana del pasado domingo, David y sus amigos fueron a una tienda del centro de la capital. El joven se quedó afuera junto a un pana y los abordaron dos policías, quienes supuestamente los discriminaron por su color de piel. “A mi amigo le patearon y a mí me gritaban: ‘¡quédate quieto, negro!'”, narró.

David relató que uno de los policías lo jaloneó, le puso las esposas y lo ingresó a la cajuela para golpearlo. Luego fueron trasladados hasta Flagrancia, donde permanecieron más de 13 horas y fueron liberados por el juez, tras no encontrar pruebas en su contra.

Refiriéndose a este caso, Camacho indicó que es una violación de los Derechos Humanos y que sería necesario que se haga una investigación en asuntos internos de la Policía.