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Sofía muestra cómo destrozaron los vidrios de una de sus vecinos. Su hijo recibirá atención psicológica.GUSTAVO GUAMAN

Quito: Barrio que linchó a ladrones y fue atacado por sus cómplices, se defenderá

Se han unido para ‘acolitarse’ en contra de la inseguridad. Se ‘armaron’ de valor y continuarán sometiendo a los ‘choros’ que pretendan hacer daño

Luego de cambiar los ventanales rotos de su casa, Sofía (nombre protegido) instalará rejas para protegerlos. Esto luego de que un grupo de personas rompieran los vidrios de su casa y de otros once domicilios de La Legarda, en el norte de Quito, el 29 de octubre.

El ataque sucedió después de que los moradores del sector atraparan y les dieran una paliza a dos presuntos ladrones que apuñalaron a un hombre para robarle el celular.

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Allegados de estos, en represalia, se ‘vengaron’ de los ‘vecis’ provocando disturbios.

Sofía fue una de las más afectadas. No solo le partieron cuatro ventanas, sino que le quemaron la motocicleta y dejaron traumado a su hijo de 15 años, al cual tuvo que enviarlo a vivir donde la suegra. Ayer le hicieron una evaluación psicológica al adolescente, porque todavía siguen en shock.

Tras la agresión, lo único que pudo hacer fue poner la denuncia en la Fiscalía por daño a bien ajeno.

Seguridad en comunión

Luego del ataque perpetrado por los allegados de los presuntos delincuentes, los moradores acordaron una consigna: cuando se active una alarma comunitaria, ellos se comprometieron a salir bien protegidos y con un palo para darles duro a los delincuentes.

Y funcionó. La tarde del 31 de octubre se escuchó la sirena. El dueño de una vulcanizadora la activó luego de que un sujeto ingresó a su propiedad para robarle sus pertenencias.

Los vecinos estuvieron en menos de cinco minutos en el lugar y rodearon al ladrón para que no se escapara. Lo bañaron con agua fría, lo ortigaron y luego lo entregaron a la policía. Sin embargo, al poco tiempo fue liberado porque no hubo denuncia.

Los vecinos también pretenden retomar las rondas de seguridad que hacían por las noches y piensan llevar a cabo un plantón para recuperar la seguridad que tenían hace años.

La moto de una vecina quedó destruida tras el ataque.cortesía

Un retén nuevo

Los moradores piensan denunciar a la Policía, para que se hagan responsables los uniformados que estuvieron el día del ataque, quienes supuestamente no hicieron nada para evitar que los relajosos sigan rompiendo vidrios y amenazando de muerte a los moradores.

Al día siguiente del hecho, hubo tres policías caminando por el sector por dos horas, pero no volvieron, según los vecinos.

Además, los habitantes insisten en que necesitan un retén policial en el sector. Incluso destinaron un terreno cerca del lugar donde ocurrió el ataque para dicho propósito.

También tienen una propiedad recién construida que quieren entregar para la unidad policial. Sin embargo, no han recibido una respuesta de las autoridades.

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