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Quito: El espeluznante caso del hombre que guardó un niño mutilado sin saberlo
Un venezolano es acusado de descuartizar y quemar a su hijastro. Puso los restos en una funda y luego fueron hallados en una casa de La Recoleta
Una casa de la calle Portilla, en La Recoleta, centro de la capital, fue la tumba de un niño desmembrado y quemado supuestamente por su padrastro. Y Juan, el cuidador de aquel inmueble, cuenta la aterradora historia sobre cómo convivió con el cuerpo mutilado del infante... sin siquiera saberlo.
El crimen fue descubierto por la Policía el 13 de diciembre de 2023, en el centro de Quito (ver infografía). En junio de este año terminó la instrucción fiscal y se espera la fecha para llamar a juicio a Eduardo, de nacionalidad venezolana, el principal sospechoso en el atroz hecho.
“Supongo que debe estar detenido. No he sabido más de ese hombre”, le dijo Juan a EXTRA este 14 de junio. Este hombre aún reside en la casa donde estaban los restos del pequeño y contó lo que había ocurrido.
La manera en la que se hicieron amigos
Eduardo y Juan se hicieron amigos en noviembre del año pasado. “Yo siempre caminaba por la casa donde él vivía y como somos compatriotas nos saludábamos”, contó el pana. En ese momento también conoció a Zully, madre del infante y pareja del sospechoso.
Sin embargo, Eduardo tenía la costumbre de decir que Zully era su hija y que el pequeño era su nieto. Posiblemente para ocultar los horrendos maltratos que la mujer recibía, como consta en el proceso judicial al que EXTRA accedió.
En el informe se explica que Eduardo siempre golpeaba a Zully al punto de fracturarle huesos. Para que no lo notaran, declaró la afectada, él le envolvía las heridas con cinta adhesiva para que se formaran callos naturales y así se curara.
Eduardo le pegaba también al hijo de Zully, quien tenía otra hijita, niña que había sido violada por él. Este delito fue comprobado por la policía tras hacerle un examen a la menor de edad, luego del arresto de Eduardo en la casa donde vivía con las víctimas, en la avenida Maldonado y Quiroga, en La Recoleta.
Cómo encargó las fundas con el cadáver
Este inmueble fue el último sitio donde estuvieron cautivos Zully, su hijo antes de ser asesinado, su hija y el bebé que tuvo con Eduardo. La afectada contó que el tipo los tenía allí en contra de su voluntad y que la familia de ella no conoció su paradero desde julio de 2022.
“Nos tenía encerrados, desnudos, pasábamos hambre y nos golpeaba”, declaró Zully, quien pudo ser hallada por la policía tras la denuncia de desaparición que interpuso su hermano a mediados de 2023.
Dos semanas antes de la captura, Eduardo le había encargado unas cosas a Juan, quien vive en la calle Portilla, a unos 100 metros de distancia. “Me dio unas fundas y las pusimos en un cuarto que está en la parte trasera de la casa”.
Amigo del implicado
Como parte del encargo había utensilios de cocina, una computadora y un par de bolsas plásticas negras. El pretexto para dejarlas allí fue que Eduardo se iría para Manta, Manabí, a buscar una casa para arrendar.
“Un día, no recuerdo la fecha, nos llamó la policía y dijo que necesitaban entrar en la casa. Ahí nos explicaron que en una de esas fundas estaba el cadáver del niño”, declaró Juan. Las autoridades presumen que el infante fue asesinado dos meses antes del hallazgo.
Juan aseguró que nunca percibió algún hedor de esa bolsa. Ahora su afán es dejar ese episodio tétrico en el pasado, algo que muy difícilmente sucederá.
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