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Julia y sus tres hijos viven en un departamento de New Jersey. Espera reencontrarse con su otro vástago.cortesía

Quito: La desgracia de Julia y sus hijos, criminales los obligaron a huir a EE. UU.

Los ‘choros’ le robaron varias ocasiones hasta que la obligaron a irse. Ahora tiene otro problema: uno de sus vástagos sería deportado 

Migraron a Estados Unidos porque una banda delictiva los tenía acorralados en el sector de Pueblo Unido, en el sur de Quito.

Julia viajó ilegalmente con sus cuatro hijos en octubre del año pasado. Sin embargo, en enero de 2023 a uno de ellos lo deportaron. La compatriota reunió dinero para llevarlo de nuevo y, en julio, cuando el joven, de 19 años, llegó al estado de Luisiana fue detenido por agentes de migración.

(Lea también: La historia de las cuatro Barbies, las ‘trans’ secuestradoras y extorsionistas de Guayaquil  )

Ahora espera una audiencia que se dará este jueves 24 de agosto en la que posiblemente sea deportado. Julia está desesperada y teme que su hijo sea asesinado al regresar al país. “Si me devuelven a Ecuador, me mato”, le dijo la última vez que se comunicó con él.

SALIERON A LA FUERZA

Julia era dueña de una papelería y recuerda que desde junio de 2021 un grupo de delincuentes le vació el local.

Creyó que fue víctima de delincuencia común, pero ese solo fue el inicio de su martirio. Una semana después se metieron a su casa y le robaron varios artefactos. Luego sus hijos eran asaltados cuando iban a tomar un bus.

La familia sufrió una serie de ataques y robos sin razón alguna, asegura. Reforzaron las seguridades del negocio e incluso cerraban más temprano. Aun así “había motorizados que nos seguían”. En una ocasión golpearon a Julia hasta dejarla herida en la acera.

José, hermano mayor de Julia, atendió el local por unas semanas para saber si los ‘choros’ eligieron la papelería como punto fijo para robar. Un día llegaron dos motorizados y preguntaron por su hermana.

Él les dijo que no estaba y le apuñalaron una mano. “Querían hacerle daño a mi ñaña y no sabemos el motivo”.

Este era el local de Julia. Sus vecinos la defendían cuando había ataques de los delincuentes.RENE FRAGA

El último hecho ocurrió el 18 de agosto del año pasado, cuando sujetos armados entraron al negocio, se llevaron el dinero y amenazaron de muerte a Julia y a sus cuatro hijos. Ella vendió el local y arrendó su casa para reunir dinero y migrar a la ‘Yoni’.

Judith Daicela llora por la situación de su vecina Julia y le da impotencia. No entiende por qué la cogieron ‘de pato’. “Ella y sus hijos son buenas personas. Acudían a la iglesia y no le hacían daño a nadie. No merecen esta situación”.

Ella y otros vecinos como Isabel Garnica afirman que harán lo posible para ayudar a la familia a salir de este problema, pero aseguran que desde que se fueron, los delincuentes no han vuelto.

REFUGIO TEMPORAL

Un abogado que trabaja en el departamento de Migración de la Policía indicó, bajo reserva, que la mujer tiene la opción de comprobar con documentos la situación por la que tuvieron que salir del país y así evitar que su hijo sea deportado.

Según el jurista, pueden presentar una denuncia o el respaldo de un reportaje en un medio de comunicación que le permita a las autoridades verificar que huyeron del país por un tema de inseguridad. “Con eso les pueden dar el asilo o un refugio temporal”.

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