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Los conductores y ayudantes afirman que deben defenderse como puedan de la delincuencia.ANGELO CHAMBA

Quito: Conductores de buses recurren a martillos para defenderse del crimen

Los trabajadores de buses optan por usar herramientas para defenderse de la delincuencia, mientras esperan que las autoridades refuercen la seguridad

No solo los pasajeros son víctimas de la delincuencia en los 240 buses que cubren la ruta Quito - Tumbaco. Los conductores y sus ayudantes también se han vuelto ‘presas’ de los pillos. Por eso, algunos han optado por usar herramientas para su defensa o simplemente santiguarse para no sufrir ataques.

Por ejemplo, en la unidad ‘piloteada’ por Xavier Chicaiza y su ayudante Eddy Aigaije tienen un martillo para defenderse por si algún delincuente pretende hacer de las suyas durante un viaje.

Ambos están conscientes de que la avenida Simón Bolívar y la Ruta Viva está plagada de choros. Sus compañeros les han recomendado que no dejen subir a personas que consideran sospechosas pero, según Aigaije, en la actualidad, “los ladrones se suben hasta enternados y pagan su pasaje. Es difícil diferenciarlos”.

El joven recuerda que hace un mes se subieron tres sujetos en la parada de El Cebollar. Dos de ellos se sentaron atrás y uno adelante. Cuando subió una chica y sacó su teléfono de alta gama le cayeron como pirañas. “Sacaron cuchillos y le quitaron el celular. Al conductor le dijeron que no se detenga o nos apuñalarían”.

Chicaiza añade que cuando existe un delito ellos no pueden hacer nada porque, aunque reaccionen, los delincuentes los reconocen y toman represalias en su contra. El conductor recomienda que exista algún botón de pánico con el que se pueda alertar al retén policial más cercano cuando ocurra algún delito.

Informales camuflados

Aigaije comenta que los delincuentes se dan maneras para amagar y cometer sus fechorías. En ocasiones, el ayudante ha visto cómo vendedores de caramelos se suben con su fundita y pregonan un discurso renovador. “Dicen que salieron de la cárcel, que ya no roban, que son regenerados. Sin embargo, al descuido, sacan un cuchillo de la funda”.

La unidad en la que trabaja sale de la Río Coca, en el norte de la capital y llega hasta Pifo, al oriente de la ciudad. Durante el trayecto se detienen en 34 paradas para recoger pasajeros.

El ayudante afirma que los delincuentes aprovechan las paradas que están ubicadas en la carretera como la del Intercambiador del Cóndor, porque son desoladas. “También conocen las que tienen una larga distancia entre ellas y roban durante el trayecto”.

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Belén Zavala es una usuaria que utiliza este medio de transporte para movilizarse desde Cumbayá a Tumbaco. Señala que cuando ve una unidad muy llena no suele subirse porque, según ella, eso también aprovechan los choros para cometer sus fechorías y de paso para toquetear a las mujeres.

La joven enfatiza que las autoridades tienen que ubicar estratégicamente, en los lugares más críticos, a policías o militares para que den seguridad. “Vivimos con miedo”, sentencia.

Los operativos de control se han intensificado en algunas paradas.CORTESÍA

La policía

Las carreteras por las que circulan los buses que cubren la ruta Quito - Tumbaco están dentro de la jurisdicción de tres distritos policiales: Eugenio Espejo, Tumbaco y La Delicia. Por esta razón, desde hace dos meses se han dispuesto operativos móviles coordinados para no dejar ningún tramo descuidado. Hay policías en motocicletas que recorren la avenida Simón Bolívar y la Ruta Viva, también patrulleros que custodian las paradas.

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