Una retroexcavadora levantó el 80 % de un disco lítico ubicado en Rumicucho, en el noroccidente de Quito. Este espacio arqueológico tenía, por lo menos, unos 600 años de antigüedad.

Esto causó indignación en los pobladores, pues todos sabían que se trataba de un patrimonio cultural, aunque estuviera en predios privados. En este caso, estaba en medio de dos terrenos de diferentes dueños. De hecho, consta en los registros del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural del Ecuador (INPC).

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Danilo Guaygua, abogado de uno de los propietarios, contó a EXTRA que la vecina llegó con gente armada al lugar el 30 de agosto de 2024. “Los moradores, que en su mayoría son de la tercera edad, no pudieron evitarlo”, explicó. Ella habría dicho que ese es su terreno y que ella podía hacer lo que quiera con él. “Al día siguiente tumbó el cerramiento de mi cliente e intentó botar lo que quedaba en su parte”, agregó.

Días después, la ministra de Cultura, Romina Muñoz, visitó el lugar y convoco urgente a la Unidad de Patrimonio de la Policía Nacional para defender el sitio. Ella criticó el hecho. “Vamos a hacer lo que esté en nuestras manos para trabajar con la comunidad y para instar a que el Municipio (de Quito) asuma las responsabilidades que tiene que asumir en temas patrimoniales”, dijo.

La cartera de Estado enfatizó que “lamenta la ausencia de acciones oportunas de la Prefectura de Pichincha y del Municipio de Quito, instituciones llamadas a la defensa patrimonial oportuna de este territorio”.

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Por su parte, el Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) emitió un comunicado en el que explica que el 2 de septiembre se realizó una inspección al sitio y emitió un informe a la Procuraduría Metropolitana para colocar una denuncia en la Fiscalía. “La denuncia se presentó el 4 de septiembre y fue asignada para investigación a la Fiscalía de Delincuencia Organizada...”, informó.

Sin embargo, Andrés Chancuse, teniente político de San Antonio, dijo a EXTRA que ninguna de las instituciones se hizo presente antes de la destrucción. “Hace unas semanas fuimos nosotros con los moradores quienes limpiamos las hierbas del disco”. Según el artículo 237 del Código Orgánico Penal (COIP), quien destruya bienes del patrimonio cultural puede enfrentar una pena privativa de libertad de 1 a 3 años.

Doménica Guaygua, arqueóloga, explicó que se trata de un círculo lunar en el que los antepasados realizaban actividades agrícolas. “Para la selección, secado y procesamiento de granos. Se puede afirmar que es preincaico”.

Se trata de piedras talladas que fueron pulidas para que encajaran. “Esto no se puede calcular en dinero, es incalculable. Pertenece a la ciudadanía”, espetó. Esto quiere decir que aunque la intención del INPC es reconstruir el disco, ya no tendrá el mismo valor histórico. “No se va a saber en qué lugar iba cada piedra. Hay croquis, pero no es igual. Pierde valor”, sentenció.

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