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El chico tenía 23 años y no dejó hijos en la orfandad. Apenas llevaba dos meses pescando.Cortesía

La perrita Marinera ni come tras la muerte de su amo

Una perrita parece sentir el dolor por el fallecimiento de su propietario, el pescador guayaquileño Carlos García

Debajo de un mueble, acostada y sin moverse de allí, permanece Marinera, la perrita que Carlos Eduardo García Miranda tuvo en vida. La mascota no sale de ese pequeño espacio, quizá afectada por la muerte de su amo.

Con aquella triste reacción, el animal da a notar que extraña a Carlos, según comenta Mario García, padre del difunto. El occiso se dedicaba a la pesca y su cadáver fue hallado flotando en el golfo de Guayaquil ayer, lunes 27 de julio de 2020.

El joven, de 23 años, estaba desaparecido desde el pasado sábado, día en que salió a pescar por la mañana con dos amigos en una pequeña canoa, que horas después se volcó en el agua al chocar con otra embarcación. Luego, sus camaradas fueron rescatados, pero él se les perdió de vista.

Mario, a pesar de su propia pena a cuestas, ha intentado consolar a la perra, pero parece una misión imposible. “No quiere ni comer”, dice, mientras trata de sacar a Marinera, de la sala de su vivienda, ubicada en las calles 14 y Oriente, en el suburbio del Puerto Principal.

Carlos residía cerca del domicilio de sus padres, donde precisamente está siendo velado. Su sepelio está previsto para mañana, a las 11:00, en un camposanto en el norte de la urbe.