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La oscuridad incrementa la violencia en la Juan Montalvo.Alex Lima

La peligrosa calle de la cooperativa Juan Montalvo por donde nadie quiere caminar

Las penumbras en esta vía del noroeste de Guayaquil ahuyentan a los vecinos y peatones, pero no a los maleantes. Los baches, además, preocupan a los conductores

Si no es la iluminación, son las calles, pero los moradores de la cooperativa Juan Montalvo, cerca de la vía a Daule, están cansados de vivir con temor durante las noches.

Aunque parezca película de miedo, los peatones deben caminar por dos angostas calles que no tienen suficiente iluminación para que ellos se sientan seguros andando por allí.

“Si a los ‘tricimoteros’ ya han interceptado tres veces para intentar robarles, a los peatones mucho más”, asegura Jonathan Alonso, quien labora en un mototaxi en la tarde y noche.

Según Jonathan, las personas que circulan por allí luego de las 18:30 son las que más peligro corren porque luego de la salida de un colegio que se ubica cerca de esta vía “todo queda botado”.

“¿Qué pasa con los que caminan por aquí a las ocho y media de la noche o más tarde? Van casi que corriendo con miedo”, comenta.

Él añade que no se observa presencia policial permanente en el sector desde hace un par de años, ya que solo resguardan la zona uno o dos agentes durante las horas de salida de los estudiantes de la unidad educativa cercana. “En la esquina se estacionaba una unidad móvil, pero de un momento a otro dejó de estar aquí”.

El mal estado de las calles afecta también a quienes por aquí transitan.Alex Lima

Pero no es el único problema, pues la misma calle que se encuentra a ‘media luz’ también parece un tamizador. Más de cinco huecos en toda su extensión, 400 metros, obligan a los conductores a ‘culebrear’ como si aquel camino fuera de un solo carril en vez de doble vía.

“Se nos dañan las motos porque son adaptadas, sobre todo las rótulas. Además, de lo poco que se gana, hay que destinar algo para parchar las llantas por todas las piedras que hay”, afirma Jean Carlos Delgado, compañero de Jonathan.

Leonela, una comerciante de comida, le tiene tanto miedo a la oscuridad de esa zona que ni siquiera se acerca a botar la basura en la noche y prefiere llevársela a su casa. “Yo tuve que poner, aparte, un foquito aquí, porque sino yo también sería un blanco de los delincuentes”, asegura.

‘Avenida’ drogos

Jaime, quien reside en el sector hace más de 30 años, rememora que desde que era un niño esa calle ha sido oscura. “Aquí la solución podría ser que pongan más focos o por último más fuertes”.

Además, menciona que esa calle se ha convertido en lugar para drogarse para los consumidores de esa zona. “A cualquiera le daría terror”.

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Leonardo Vera, quien labora en una empresa del sector, dice que esa calle es un “caos” en el momento en el que circulan los expresos, padres de familia y vehículos pesados. “Nadie se atreve a pasar por aquí por la cantidad de congestionamiento que se forma. Para colmo, la gente se va rayando en los carros y cuando se bajan a reclamar se pone peor”.

Ana Viteri, moradora, pide soluciones ya no solo promesas a las autoridades. “Lo de la iluminación es una cosa, pero, ¿y lo de la calle? Busquen hacer la calle de concreto por último, pero que hagan algo”, protesta.