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Parteras, con licencia para ayudar a traer a los guaguas
1.351 ya tienen certificados para ejercer en el país. El MSP combina la medicina con los conocimientos ancestrales en la asistencia de partos
"He traído al mundo a más de 100 niños con los conocimientos que me heredaron mis ancestros, con las hierbas y aguas medicinales", dice con orgullo Luisa Alcolcer, una partera de 55 años, oriunda del cantón Licto, provincia de Chimborazo, y quien es reconocida por su trayectoria en el oficio y su liderazgo espiritual, entre las familias de esa región de la Sierra centro.
Alcolcer y otras 1.350 parteras, también llamadas comadronas, acaban de ser certificadas por el Ministerio de Salud Pública (MSP) para atender a las parturientas, incluso en los centros de salud, como parte del Modelo de Atención Integral de Salud (MAIS), que apunta a trabajar de manera coordinada entre la medicina y los saberes ancestrales. Hasta el 2021, se espera certificar a otras 1.700 mujeres que están en el mismo proceso.
Están en 11 provincias
El valor de este oficio y estas mujeres ha sido y es reconocido por la población. En el Ecuador, este numeroso grupo de las llamadas "mamas parteras" lo integran indígenas, afrodescendientes, mestizas y montubias de las provincias de Carchi, Esmeraldas, Imbabura, Sucumbíos, Pichincha, Napo, Orellana, Cotopaxi, Tungurahua, Chimborazo y Pastaza. Todas heredaron conocimientos ancestrales de abuelos y familiares, que les instruyeron en esta práctica.
Su trabajo se vincula al parto vertical o culturalmente adecuado. Hasta el 2021, se espera certificar a 1.700 parteras más que están en proceso. Asimismo, a este proyecto se suman 100 “taitas parteros”.
“Para el MSP son buenas experiencias que nos permiten seguir trabajando en estos procesos, acercando el servicio de salud a las mujeres", asegura John Arias, director subrogante de Salud Intercultural del MSP.
Reconocerlas, una estrategia
Arias agrega que la estrategia del Estado en este ámbito, ha sido reconocer, proteger y fomentar el tema de prácticas ancestrales vinculadas a la atención materna, "es decir, verle a la mama partera como agente comunitaria, que incluso nos ayuda a llegar a comunidades de poco acceso a la salud”.
Esta estrategia se ha fortalecido con base en parámetros fijados por el MSP en los establecimientos de salud, para mejorar la vinculación con las matronas, a través de mecanismos como el diálogo y la capacitación mutua entre ellas y el personal de salud, en temas de alarmas, parto limpio, emergencia. Del lado de estas mujeres, han compartido su cosmovisión de pueblos y nacionalidades, en relación a la atención del parto.
Un oficio legitimado
Asimismo, la generación de un sistema de derivación y contrareferencia, cuando una mujer presente signos de alarma, para su identificación y derivación al establecimiento más cercano para resolver la emergencia obstétrica. A ello, se suma la legitimación comunitaria, es decir que su comunidad o barrio reconozca a las parteras.
"Como mujeres indígenas ahora podemos estar en el centro de salud, de manera segura y tener la opción de ser atendidas con base a nuestras necesidades culturales y apoyadas por los doctorcitos”, comenta Alcolcer.
Capacitarlas en otros temas
María Mullo, responsable Zonal de Salud Intercultural, de la Coordinación Zonal 3, manifestó que fue necesario identificar a las parteras para brindarles capacitación, especialmente en factores de riesgo, para la madre y el bebé. Los conocimientos que fueron impartidos en doble vía, por el personal de salud y del lado de Luisa Alcolcer. “Ha sido de gran ayuda que ella también nos comparta sus saberes ancestrales en la partería, con sus 30 años de experiencia. Hemos aprendido de los dos lados”, aseguró Mullo.
Entre el 2019 y en lo que va del 2020, el MSP capacitó a 792 parteras a escala nacional, en temas de planificación familiar, salud sexual y reproductiva, derechos, violencia de género, emergencias obstétricas, cuidados del recién nacido, señales de peligro en el embarazo, entre otros.