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El ‘Gusanito’ de la calle Medardo Ángel Silva está parqueado y los niños con las ganas de subirse.Carlos Klinger / EXTRA

Municipio da 'luz verde' a parques de diversiones del Suburbio

Moradores consiguieron con ruegos que el cabildo les permita instalar un pequeño parque de diversiones. Ahora sí van a “parar la olla” para fin de año

Luego de 15 días de solicitudes y ruegos al Municipio de Guayaquil, un parque de diversiones ambulante finalmente pudo empezar con su instalación el pasado viernes, en las calles Medardo Ángel Silva y Augusto Dillón Valdés (15), en el suroeste de Guayaquil.

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Los dueños de las atracciones estaban desesperados porque desde inicios de mes habían empezado la pugna con el Cabildo, para poder colocar las máquinas, cosa que no les permitían porque provocaban desorden en la vía pública, según les informaba el Municipio.

Los propietarios de los juegos indicaron que durante los últimos diez años habían trabajado sin problemas y que no entendían por qué la nueva administración municipal les estaba poniendo trabas para que no instalen las atracciones.

William Masachi, uno de los gestores de esta feria, indicó que esta es una actividad tradicional en la zona. “Siempre hemos trabajado y solamente es durante el tiempo que dura la ruta de los años viejos (exhibición de monigotes gigantes en el suburbio). Cuando los desmontan, nosotros también sacamos las máquinas. No molestamos ni perjudicamos a nadie”.

Finalmente, luego de varias insistencias y una reunión con las autoridades, en la cual entregaron un documento con las firmas de 400 moradores y el compromiso de mantener el aseo y orden, el 19 de diciembre recibieron luz verde para realizar su actividad, explicó Luis Montecé, otro de los    organizadores de la feria callejera.

“Beneficia a todo el barrio”

En la feria de la calle 29, los padres vigilan celosamente a sus hijos para poder sacarlos de los juegos y huir en caso de algún incidente violento.Carlos Klinger / EXTRA

Los maquinistas de inmediato se pusieron a trabajar en la instalación de los juegos, pues ya habían perdido 15 días de ingresos.

En las cuatro esquinas de la intersección citada, hasta la tarde del lunes 25 de diciembre, aún se podía observar, tapados con lonas de protección para las lluvias, carruseles, pequeñas montañas rusas y el clásico ‘Gusanito’. Estos aparatos recibían mantenimiento y trabajos de soldadura, para al fin empezar a funcionar.

Luis Pazmiño, otro de los administradores, aseguró que no solo se benefician los dueños de las máquinas, sino también unas 20 familias que venden comida, bebidas, ‘años viejos’ y sacan algo de provecho durante estas fechas, que es cuando se necesita para poder armar la cena, los juguetes, la ropa y los gastos del Año Nuevo.

Alertas y desconfiados

Los vecinos realizan rondas para evitar que los ‘chamberos’ les roben los fierros de las máquinas.Carlos Klinger / EXTRA

Aledaño al parque lineal de la calle 29, también en el suburbio, se instaló otro de estos parques ambulantes. Aquí, unos 10 juegos infantiles entretienen a los visitantes quienes, sin embargo, llegan a cuentagotas.

El motivo, según los residentes, quienes también aprovechan el mercadillo para ofrecer colas, sánduches y golosinas, es la inseguridad.

“La zona de por sí es peligrosa, pero en los últimos tiempos, como en toda la ciudad, ha empeorado bastante. La gente tiene miedo de que les vengan a robar o de alguna balacera”, indicó una vecina, quien tiene en su fachada un letrero en el que anuncia que vende colas, aguas y bebidas hidratantes.

Los dueños de los juegos también se mantienen vigilantes ante cualquier incidente, pues tienen temor de que en cualquier momento les caigan los ‘vacunadores’ a pedirles dinero que no tienen, pues a estas alturas de diciembre, la cantidad de visitantes no llega ni a la mitad de lo que solía ser.

EXTRA intentó tener la versión del administrador de este parque, pero cuando fue abordado, aseguró que “recién acababa de llegar y que no tenía nada que ver (con la feria)”, esto a pesar de que los encargados de los juegos y los habitantes lo identificaron como dueño del ‘circo’. “Es por miedo a que le vengan a extorsionar”, aseguró uno de los maquinistas.

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