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Niño de 10 años muere como víctima colateral mientras se bañaba en una piscina
En el primer atentado, un niño de 10 años resultó como víctima colateral. En el segundo, una adulta mayor se salvó de morir por su perrita Catrina
Mateo, nombre protegido del hermano de 19 años de Lionel, no se encontraba en casa cuando le avisaron que él, su ‘ñaño’ de 10 años, había fallecido como víctima colateral de un ataque con un arma de fuego a tres sujetos cerca de su lugar de residencia, en la tarde del domingo 13.
“No estaba aquí y me avisaron después, pero él había ido a bañarse en la piscina que estaba afuera de la casa de una tía”, comenta con tristeza. Mateo, aún con asombro de haber perdido a su hermano, no tiene más que decir. Solo se hunde en el silencio y el dolor.
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Lionel, según fuentes policiales, le pidió permiso a su papá para ir a darse el chapuzón a la calle 12, entre primer y segundo callejón Sedalana. Eran cerca de las 15:20.
Pocos minutos después, el adulto escuchó detonaciones y salió de su vivienda ubicada en primer callejón Sedalana, entre la 11 y la 12. Al salir observó que su hijo tenía un disparo en la cabeza.
Este hecho violento se produjo luego de que dos sujetos llegaran a atacar a tres jóvenes que se encontraban sentados a pocos metros de donde estaba Lionel y escaparan de los gatilleros.
Uno de ellos resultó herido en el glúteo izquierdo. Sin embargo, Lionel no sobrevivió aunque una ambulancia llegó para trasladarlo al Hospital Francisco de Icaza Bustamante. Su familia, en la mañana de ayer, acudió al Laboratorio de Ciencias Forenses a retirar el cadáver para velarlo.
La perrita salvadora
No obstante, el ‘pum pum’ de las balas no dejó tranquilos a los vecinos de la calle 12. Aproximadamente 10 horas después, los ‘pepazos’ siguieron. Rosa, nombre protegido, a la 01:00 de ayer ya descansaba cuando escuchó muy cerca una ráfaga de tiros. Al momento se levantó y su hija, quien reside con ella, le hizo notar que era su vivienda la afectada y que su rostro estaba lleno de sangre.
“Me atendieron en el centro de salud y me dijeron que solo fue el roce de una bala. Me salvé porque mi perrita Catrina recibió las balas”, contó, al detallar que el can, de 3 años, dormía a su cabeza y el cuerpo de ella detuvo las balas que podrían haberla asesinado. Rosa, al igual que sus familiares, sospechan que lo sucedido horas previas está relacionado al hecho de la madrugada.
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