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Alias Negro Tulio, identificado como presunto cabecilla en los Chone Killers.Archivo (ilustración en Canva)

Negro Tulio, cabecilla de Chone Killers: ¿Realmente tenía poder sin límites en Durán?

Habría pruebas de designaciones públicas, contratos millonarios y amenazas. Pero ¿era él quien mandaba o una pieza más en una estructura más compleja?

Julio Alberto Martínez Alcívar, más conocido como Negro Tulio, fue identificado por la Fiscalía como el líder de los Chone Killers y el principal articulador de una organización delictiva que habría infiltrado instituciones públicas del cantón Durán, provincia del Guayas. Su nombre ha resonado en interceptaciones telefónicas, audios, chats y registros financieros como el hombre que supuestamente mandaba más que el propio alcalde.

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Según el expediente judicial, Tulio coordinaba desde las sombras la colocación de funcionarios, exigía contratos, gestionaba pagos y amenazaba a quienes no seguían sus órdenes. Pero la pregunta que surge ahora, cuando fue llamado a juicio, es si realmente tenía ese poder absoluto o si su figura era parte de una red mucho más grande y difusa.

Para la Fiscalía, alias Negro Tulio y su esposa serían los resuntos líderes de esta estructura.Archivo EXTRA

La figura de Negro Tulio en un aparente poder paralelo

“Yo soy el dueño de ese cantón”, “mi gente está activa”, “aunque estén custodiados, puedo atentar contra ustedes”. Estas frases, recuperadas de audios atribuidos a Martínez Alcívar, no solo reflejan su arrogancia, sino también el temor que inspiraba incluso dentro de la administración pública de Durán.

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La Fiscalía sostiene que incluso era él quien presuntamente decidía quién entraba a trabajar en el Municipio, el Cuerpo de Bomberos, el Registro de la Propiedad o la ATD. Uno de los chats revela que incluso reclamó cuando no se cumplía con “pactos políticos” o no se le adjudicaban contratos, diciendo: “Es como si fuera el alcalde”.

Los investigadores encontraron:

  • Audios y chats en los que da órdenes a funcionarios y colaboradores sobre manejo de personal y logística de operaciones ilícitas.
  • Pruebas de transferencias y depósitos vinculados a empresas relacionadas con él y su círculo cercano.
  • Imágenes de armas, dinero en efectivo y amenazas directas a funcionarios y autoridades.
En el Municipio de Durán habría tomado decisiones Negro Tulio.Archivo EXTRA

¿Una estructura que obedecía o necesitaba al Negro Tulio?

El expediente detalla cómo Tulio mantenía vínculos con funcionarios como Luis Samaniego y Erika Vera Pinela (ATD), Bryan y Ana Carriel Burgos (Registro de la Propiedad), o Sheyla Campuzano, quien recibió contratos a través de su empresa ARKHE.

Pero también hay elementos que siembran dudas sobre el verdadero alcance de su poder:

  • La defensa ha alegado que la figura de Negro Tulio supuestamente ha sido exagerada para justificar una narrativa de control total.
  • Se mencionan otros líderes o actores con influencia dentro del Municipio, y no está claro si su poder era simbólico o ejecutor real.
  • Algunas transferencias que lo involucran, al parecer, no pudieron ser rastreadas directamente a él, sino a terceros o empresas legalmente constituidas.
En total, 19 personas fueron llamadas a juicio en este caso.Foto: EXTRA

¿Un líder criminal o un engranaje funcional?

En el expediente judicial, Martínez Alcívar aparece como el presunto “cerebro” de una red con 25 personas procesadas, de las cuales 19 fueron llamadas a juicio. Entre ellos, su presunta mano derecha, Alexandra Estrada, y varios funcionarios públicos. 

En un audio incluido en el expediente, se le escucha decir que ya había “mandado de viaje a Miguel”, en aparente referencia a un asesinato. También se le atribuyen frases como: “Yo no tengo límites” y “el poder que tengo no me lo quita nadie”. Sin embargo, los jueces aún deben determinar en la fase de juicio si ese poder se tradujo en delitos concretos o fue solo parte de una retórica intimidante que sirvió como mecanismo de control.

Lo que viene: el juicio decidirá la magnitud de su poder

La Fiscalía sostiene que Tulio lideraba una organización con fines de lucro ilegal, basada en intimidación, extorsión y contratos obtenidos con apariencia de legalidad. Se lo procesará por delincuencia organizada, con una posible pena de 10 a 13 años de cárcel. Pero más allá de la condena, la gran pregunta es: ¿realmente Tulio controlaba el poder municipal desde las sombras, o fue un “hombre útil” para otros intereses enquistados en Durán? Ese será uno de los temas clave que deberá despejarse en el juicio que se avecina. 

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