“¡Auxilio, señores policías. Por favor, ayudeeen!” era el grito desesperado de una vecina del sector Vía Láctea, de Cumbayá, al nororiente de Quito, mientras en un chat comunitario alertaba a los uniformados del sector que robaban el cajero de una farmacia.

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El hecho sucedió la madrugada del 2 de octubre. La señora describió que cinco sujetos encapuchados llegaron en una camioneta, tumbaron la puerta enrollable y se llevaron la caja fuerte llena de plata.

Sin embargo, según los moradores, la Policía llegó tarde y ante esto decidieron tomar acciones por su cuenta para contrarrestar la inseguridad.

La dueña del inmueble donde ocurrió el robo comentó que gestionarán la instalación de un circuito de cámaras para estar más pendiente de los movimientos de los criminales y así tener evidencia para que las autoridades indaguen el caso.

“Los delincuentes versus la reacción de los policías nos han ganado la batalla”, insiste.

Ruth Cushicóndor, propietaria de un local, añade que en la avenida principal colocaron hace unos cuatro meses alarmas para activarlas cuando ocurra algún delito. Estas fueron instaladas por los mismos vecinos y son un poco rústicas.

Sin embargo, Cushicóndor cree que los ladrones ya sabían de estos aparatos porque, según ella, días antes del robo había un sujeto que ‘hacía cerebro’ por el sector.

A la vecina le preguntó dónde hay cajeros y cuál es la cantidad de dinero máxima que entregaban. Ella afirma que las bandas no solo analizan a los locales, sino también los movimientos de la Policía. “Cumbayá ha crecido bastante y no hay apoyo de los uniformados. Cuando hay algún delito y llegan tarde dicen que estuvieron ateniendo otro auxilio”.

Ante esto, el teniente coronel Christian Proaño, jefe del Distrito Tumbaco, señala que han tenido acercamientos con los dirigentes barriales para guiarles cómo mejorar las acciones de seguridad.

Por ejemplo, en el caso de las cámaras de seguridad, el oficial comenta que los vecinos quieren instalar el puesto de mando en el retén del sector, pero asegura que no pueden hacerse cargo de eso porque, según él, habrá un turno de madrugada en el que no exista un policía monitoreando y puede pasar algo como el robo de la farmacia “y la comunidad va a decir que fue nuestra responsabilidad”.

El oficial indica que ha socializado el proyecto con el ECU 911 para ver la posibilidad que, de acuerdo a las cámaras que adquieran los vecinos, funcionarios de la entidad de seguridad puedan acceder remotamente al sistema y hagan un seguimiento. Pero todavía no se ha concretado nada.

Con respecto al chat comunitario, el teniente coronel asegura que algunos no son oficiales. Es decir, los vecinos se crean uno y añaden a un policía conocido, pero que no necesariamente estará vigilante las 24 horas.

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