La banca en la que solía sentarse Dylan, un joven de 15 años, permanece ahora vacía, reflejando el inmenso vacío en el corazón de su madre, quien aún no puede aceptar la pérdida de su hijo mayor, el primero de sus cuatro hijos.

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El adolescente, junto a otras seis personas, fue víctima de un ataque a tiros perpetrado por sujetos en motocicleta la mañana del martes 15 de octubre en el bloque 5 de Paraíso de la Flor, en el distrito Nueva Prosperina, ubicado al noroeste de Guayaquil.

Aquel fatídico día, en el que no solo Dylan, sino también otras tres personas perdieron la vida y tres más resultaron heridas, entre ellas dos estudiantes, el joven había salido de su hogar para acompañar a su hermano menor a la escuela.

Los hermanos se encontraban a bordo de una tricimoto cuando se produjo el atentado, que además cobró la vida del conductor del vehículo.

"Mi hijo no fue a clases ese día porque su maestra se reportó enferma, pero decidió llevar a su hermano de 10 años a la escuela. Ellos eran muy unidos. En el colegio donde estudiaba mi niño se suspendieron las clases porque los padres hemos decidido no enviar a nuestros hijos por seguridad", relató su madre, conmovida.

Los restos de Dylan, quien recibió cuatro disparos, tres de ellos en la cabeza, fueron sepultados la tarde del miércoles 16 de octubre en un cementerio de Guayaquil.

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