Con dos mil juegos de luces y 400 piezas, en la ciudadela Los Olivos, oeste de Machala, una vez más recrearon el nacimiento del Niño Jesús, cuya elaboración se ha convertido en una tradición para admirar en la capital de la provincia de El Oro.

Levantado sobre una área de 350 metros cuadrados, el pesebre, considerado el más grande de la localidad, hecho con figuras grandes, es una de las mayores atracciones que visitan en estos días, donde se toman fotos y perennizan recuerdos.

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Oliva Fadúl dijo que empezó a elaborar este nacimiento hace 26 años. Según contó, ella presentaba graves problemas en su salud, aunque no especificó cuales, ante una imagen del Divino Niño pidió un milagro y a cambio, en agradecimiento, ofreció diseñar un pesebre todos los años mientras esté con vida. Su petición fue acogida y ella empezó a cumplir la promesa. Lo ha hecho todos los años, ni en pandemia dejó de construir el pesebre.

Por ello, desde mediados de octubre, la familia Álvarez Fadúl empieza las tareas para darle forma al imponente nacimiento. Lo primero que realiza es la restauración de las imágenes que miden un metro con 50 centímetros que luego van ubicando en el espacio.

“Cuando empezamos, hace 26 años, era un lugar pequeño en donde se reunía solo la familia y los vecinos. Posteriormente, llevados por la fe de la gente que llegaba a visitar el nacimiento, nosotros buscamos unas imágenes grandes de María, de José, del Niño Jesús y de los Reyes Magos. Todo se ha conseguido con la ayuda de varias instituciones y de nuestra familia”, dijo doña Oliva.

En esta ocasión, la familia junto con amigos del barrio trabajaron con el propósito era tener listo el pesebre antes de Navidad que es visitado, especialmente en las noches.

A pocos metros se levantó una iglesia denominada Divino Niño Jesús, donde cada noche se reza la novena y cada 24 de diciembre celebran una procesión, llevando la imagen del Salvador, desde la Catedral de Machala hasta el pesebre de Los Olivos.

El espacio se complementa con un pequeño zoológico. Entre las figuras de animales que tienen se destacan una llama, conejos, gallinas, loros, borregos, papagayo, patos y gansos, colocados para darle mayor realce a la representación.

También recrearon a San José trabajando en la carpintería, enseñándole al Niño Jesús.

“Yo siento que Dios me habla aquí. La fe y el afecto que tengo hacia él y lo bueno que es conmigo, me lleva a que haga esto, aunque solo es una representación”, expresó doña Oliva mientras muestra las diversas áreas de su creación.

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