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Limpia mortal: Práctica ancestral prendió en llamas a un chimboracense
Problemas económicos llevaron a un hombre a buscar la ayuda de un chamán “para botar las malas energías”. La pandemia y el paro de junio lo dejaron ahogado en problemas.
Los problemas económicos que le habían arrebatado la tranquilidad al chimboracense Édgar Vinicio Saigua Totoy lo llevaron a hacerse una limpia, y para eso contrató el servicio de un chamán. Sin embargo, la supuesta solución a su crisis financiera le provocó una desgracia que, incluso, terminó con su vida.
La noche del pasado viernes, Édgar, de 32 años, nacido en Guano pero radicado en Riobamba (cantones de Chimborazo) y quien laboraba como carpintero, se sometió a la tercera y última sesión. Lo hizo en su domicilio ubicado en la calle San Martín de Veranillo.
Esta vez, el hombre que le aseguró realizar prácticas ancestrales y curativas utilizó dos velas y varios líquidos que estaban dentro de envases de vidrio.
Al cabo de pocos minutos, sus gritos desgarradores alertaron a Ángela Yunda, su esposa y madre de su hijo de 9 meses. La mujer corrió hasta donde estaba su amado, lo vio envuelto en llamas y con el mantel de la mesa del comedor trató de apagarle el fuego que le ocasionó quemaduras de segundo y tercer grado en el 90 por ciento del cuerpo.
“Mi esposo contrató al chamán porque se sentía mal por los problemas económicos. La pandemia nos golpeó muy fuerte y el paro de junio incrementó nuestra crisis. Alguien le dijo que con una limpia se mejoraría la situación en nuestro hogar y le saldría un trabajo, porque botaría las malas energías”, manifestó la cónyuge.
Recordó que antes de que ocurriera la desgracia, su esposo estaba sentado en una de las sillas del comedor y el chamán había encendido dos velas, las cuales fueron colocadas en el piso.
“No vi qué le puso porque salí a cerrar la puerta que había quedado entreabierta. A lo que regreso, lo veo envuelto en llamas. De la desesperación por apagarlo no recuerdo sus palabras, solo su rostro suplicando que lo ayudara”, agregó la mujer, con quien Édgar Vinicio mantuvo 5 años de relación sentimental.
María Totoy, madre de la víctima, relató que estaba en su casa, en Guano, cuando la llamaron para avisarle que el tercero de sus siete hijos había sufrido un accidente y que lo habían trasladado de urgencia a una casa de salud de Riobamba.
“En ese hospital no nos dieron esperanzas de que mi hijo sobreviviera. Aferrados a un milagro, lo trasladamos a Guayaquil para tratar de salvar su vida, pero ya no se pudo hacer nada, mi hijo murió la tarde del lunes, el fuego le afectó sus órganos”, expresó llorando.
La progenitora aseguró que desconoce el líquido que contenían los envases de vidrio que le rociaron en el cuerpo a su hijo y pidió a las autoridades investigar y dar con el paradero del responsable de la pena que destroza su corazón.
“Creemos que fue un líquido fuerte para que haya provocado quemaduras de tercer grado. Hemos puesto la denuncia en la Fiscalía de Chimborazo”, sostuvo la señora.
No se mezcla el alcohol y el fuego
La sabiduría ancestral no es para cualquiera, asevera el yachak Luis Cachiguango, y es enfático en señalar que para practicar la medicina andina tradicional se debe conocer el concepto del mundo, entender qué es salud y enfermedad. “Cualquier persona no puede hacerlo, quien no cumpla con todo esto es un charlatán que se aprovecha de lo poco que conoce la gente”, menciona.
Señala que para elaborar los preparados para las limpiezas y tratamientos se utilizan las mismas plantas que provee la Pachamama, consideradas sagradas y de poder. “El empleo de alcohol y aceites es diverso, por ejemplo, la chuchuguaza que se emplea para el dolor de huesos se prepara con alcohol de 22 grados, se coloca la planta en una botella oscura y se le canta acompañado de un zazang (instrumento andino), luego se lo entierra durante un mes, solo ahí se puede utilizar y nunca se podría usar fuego combinado”, explica. (PO)