El fuego se controló después de tres días de combate en Pifo, nororiente de Quito. Para los pobladores quedó destrucción y pérdidas materiales que se empezaron a contabilizar el viernes 6 de septiembre. Esta parroquia se caracteriza por los sembríos de fruta y flores que abastecen los mercados de Quito. Las frutillas –de lo que se conoce hasta ahora– han sido arrasadas en varios lotes de la zona.

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En Itulcachi, Bibi Arteaga mira con tristeza lo que a ella –y cuatro mujeres más– les costó levantar: una hectárea de frutillas que se pretendía cosechar el lunes. “Yo me quedé atrapada frente al fuego intentando salvar algo de las plantas. No pude”, relata a EXTRA.

A unos 30 metros están dos señoras retirando los plásticos quemados sobre las plantaciones. Ellas son parte del proyecto que emplea a mujeres que han sufrido violencia de género. “La idea fue apoyarlas para que tengan independencia económica y no vuelvan a ser violentadas”, explica Bibi, la dueña del terreno.

Marisol Quilumba, una de las trabajadoras, dice que no sabe cómo va a afrontar las siguientes semanas de gastos, pues con la pérdida de una hectárea de sembrío no habrá pagos para ellas. “Hoy vinimos a apoyar a la señorita (Bibi) porque con esto no podrá pagarnos el día”, comenta.

Ella tiene tres hijas en edad escolar que mantener y sobrevivió a una pareja maltratadora. “Me separé, es mejor estar así. Pero hace ocho años no aparece el padre, así que como madre no puedo dejar de trabajar”, agrega.

Nathaly Gavilánez también quiso ayudar a recoger las plantas muertas y los insumos. “Hay que empezar de cero. Espero que en otras plantaciones nos contraten para poder ganar dinero. Nosotras ganamos al día”, cuenta.

Ella tiene tres hijos, dos que aún van a la escuela y un bebé. “Soy cabeza de hogar, necesitamos trabajar”, asevera. Bibi se encargará, eso sí, del almuerzo de las mujeres.

Junto al terreno en el que trabajan estas mujeres estaba la cosecha de Pedro Guapi, quien desde más de cinco años llegó desde la provincia de Chimborazo. Lo perdió todo también. “No es la primera vez, hace unos tres años perdí todo en El Quinche, donde también había sembrado”, relata.

Creyó que en Itulcachi no le pasaría lo mismo, por eso incluso se endeudó en una cooperativa para invertirlo todo en la producción de frutillas. “Ahora debo 10.000 dólares de un préstamo que no sé cómo pagar”, dice.

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Bibi contabiliza al menos 30.000 dólares en pérdidas y también tiene una deuda por pagar. “Todos hacemos lo mismo para poder producir. No tengo idea de cómo voy a pagar”, agrega Viviana.

En Palugo, a unos cinco kilómetros de Itulcachi, Mayra Lema también recorre un terreno para ver qué se puede salvar. También invirtió todo en la siembra de frutilla. “Además el terreno no es mío, yo arriendo para poder producir”, explica.

El fuego se ‘llevó’ por lo menos la mitad de la cosecha que pensaba recoger el 6 de septiembre, porque los seis meses que tarda en dar frutos la planta ya se cumplieron. “De aquí hubiera sacado unos 200 kilos que llevamos a los mercados”, agrega.

Paola Romero, secretaria de Desarrollo Económico y Productivo del Municipio de Quito, realiza recorridos para determinar cuántos emprendedores han sido afectados por los incendios forestales. “Hay que tomar en cuenta que la emergencia aún no ha pasado, pero la mayor parte de los incendios cedieron”, explica.

Desde el jueves se han realizado evaluaciones de las afectaciones humanas, de salud y de medios de vida. “La agroindustria también perdió animales. Hay más cultivos perdidos”, agregó.

Aunque no se tiene el dato exacto de cuánto se ha perdido, se prometió apoyo para recuperar la producción. “Vamos a brindar la asistencia técnica que se necesita, así como los insumos y las herramientas”, asevera la funcionaria.

Otra de las afectaciones fue a una avícola, también ubicada en Itulcachi, donde se asfixiaron 7.000 pollos por el humo del incendio del miércoles y jueves pasados. EXTRA se comunicó con el gerente de operaciones de la empresa, pero respondió que no podían dar declaraciones, puesto que el gerente estaba saliendo del país. Sí confirmó el número de aves fallecidas, así como los daños a la infraestructura del lugar por las llamas.

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