No había quién la haga cambiar de opinión a Kaya Ilaquiche sobre los reinados de belleza. Ni siquiera los antecedentes de las participaciones de su hermana menor y algunas de sus primas en algunos certámenes.

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Pero le tocó el día a ella. Ahora es la reina de San Miguel de Salcedo y luce su banda y sus obligaciones como reina con orgullo, así como lo hizo con su vestido azul de piedras el día de su elección.

La joven de 19 años, quien es la segunda reina indígena de ese cantón, fue coronada como la soberana de esta localidad ubicada al sur de la provincia de Cotopaxi a inicios de septiembre y desde ese día, afirma ella, su rutina ha cambiado de manera drástica.

Para Kaya, el destino la llevó a aceptar el desafío porque el modelaje o los concursos no se ‘paseaban’ por sus deseos ni aunque se los ‘regalaran’. “Este es un reto grande, no solo por las responsabilidades que tengo, sino porque mi vida está cambiando en muchos aspectos”, admite la joven soberana.

En diálogo con EXTRA, comenta que antes del 2 de septiembre su rutina era mucho más relajada, pero al asumir este nuevo rol comenzó a seguir el ejemplo de su madre, Lourdes Tibán, la prefecta de la provincia, en cuanto a organización del tiempo. “Estoy aprendiendo a madrugar, a trabajar duro, a llegar tarde a casa y a asumir muchas responsabilidades”.

Y aunque la critiquen, también se comprometió a mantener su identidad cultural en todas sus apariciones.

En los eventos siempre usa sombrero de ala corta de gamuza, parte de la indumentaria típica de la región, por lo que ha recibido críticas en redes sociales. Para Kaya, este símbolo tiene un significado profundo. “El sombrero es parte de mi identidad. Soy indígena y eso es algo que no quiero ni puedo dejar de lado”, explica.

Ser la hija de Lourdes Tibán es otra cosa que no puede esconder. Ella revela que su relación con la máxima autoridad de la provincia le atrae el apoyo de muchas personas. Sin embargo, aclaró que su objetivo no es aprovecharse de esta visibilidad para beneficio personal, sino usarla para el bien común. “Espero que sirva para ayudar a los demás, para que este reinado sea un espacio de trabajo colectivo”.

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Y por esa misma razón, uno de sus retos para su año de reinado es dar a conocer a Salcedo como un sitio turístico. “Espero que más chicas indígenas se atrevan a participar. Que vean que no solo es un concurso de belleza, sino una plataforma para demostrar que somos capaces de lograr grandes cosas”, finaliza.

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