Alejandro e Isabel se salvaron de morir aplastados en la desgracia que se registró en el kilómetro 12 de la vía a Guayllabamba, en la Panamericana Norte, en Quito. Ambos, junto a su hijo, viajaban con destino a Perucho, localidad al norte de la ciudad.

Sin embargo, en el tramo que conecta hacia el puente de la zona se toparon con una fuerte congestión. Ambos supieron que se estaba realizando un peritaje fiscal, algo que no incomodó a la pareja.

Pero en la espera algo terrible estaba por suceder. Todos se detuvieron a la espera para seguir avanzando y en ese instante “mi esposo me dijo: cógete duro. Pero no sabía por qué”, rememora Isabel.

A sus espaldas, una ‘marea’ de autos se les aproximaba y ambos sintieron un golpe brutal. Alejandro se dio la vuelta para tomar a su hijo de seis años y abrazarlo para soportar el impacto.

El choque fue tan grave que las botellas de gaseosas, que eran transportadas por el tráiler causante del siniestro, rompieron los parabrisas del auto de Alejandro e Isabel.

Hubo pérdida total del vehículo, golpes y susto, pero nada que comprometiera la vida de esta familia.

La pericia

Cuando ocurrió la embestida mortal a Alejandro le contaron que desde unos kilómetros antes de llegar al sitio del siniestro, el camión causante supuestamente ya venía ‘quemando frenos’. El pito incesante no logró que avanzaran los vehículos atascados y eso agravó la situación, rememora la pareja.

¿Por qué hubo el ‘trancón’? La Policía corroboró lo que dijo Alejandro e Isabel a través de un comunicado. Informaron que el 27 de mayo se realizó un peritaje de un accidente vial anterior, sin embargo, no estuvo coordinado con agentes policiales para ejecutar algún cierre en la carretera.

Para Julia Altamirano, presidenta de la Fundación Centro de Investigación Vial e Innovación y Liderazgo (Civil), este tipo de peritajes se los hace dependiendo de la urgencia del caso. “La OIAT o SIAT hace un reconocimiento de los hechos por un pedido fiscal y en esta ocasión sí hubo una petición (la diligencia del 27 de mayo)”.

Pero para Altamirano lo que sí se debió hacer es una coordinación con la Policía Nacional para llevar a cabo los cuidados requeridos para un trabajo de este tipo. “Es ilógico que por investigar un accidente de tránsito se provocó otro con fallecidos y lesionados”.

Para la especialista, se tiene que investigar y determinar responsabilidades.

Édison Rodríguez, jurisconsulto y abogado especialista en temas de tránsito, precisa que se debió también tomar en cuenta, desde Fiscalía, que la diligencia se iba a realizar en un feriado. “No se trata de una responsabilidad directa de la Fiscalía. Es decir no es una causa basal principal del accidente, pero sí algo que generó un estrellamiento masivo”, según el especialista.

Se investiga al conductor por muerte culposa

A Arturo Sánchez, conductor del tráiler que aparentemente perdió los frenos en Guayllabamba, le ‘llovieron’ las actas de investigación durante la audiencia de flagrancia en su contra.

En la diligencia, la Fiscalía presentó una serie de documentos para respaldar su decisión de formular cargos en contra de Sánchez por el delito de muerte culposa.

Entre ellos estaban las actas de defunción de las tres personas fallecidas, los diagnósticos médicos de los 19 heridos y también los peritajes realizados a los 23 automotores chocados.

Si bien la defensa pidió que no se dictara prisión preventiva en contra del implicado, el juez aceptó la petición del Ministerio Público: Sánchez permanecerá tras las rejas durante los 30 días que durará la instrucción fiscal que indagará el caso.

Por su parte, la empresa encargada de la producción y transporte de las gaseosas que llevaba Sánchez no ha emitido ningún comunicado.

La mayoría de heridos fue dada de alta

La Coordinación de Salud 9, a través de un comunicado, detalló que 13 de los 20 heridos fueron dados de alta de las casas de salud a las que fueron llevados tras el choque múltiple de Guayllabamba.

Según un informe al que EXTRA tuvo acceso, la mayoría de pacientes tenían golpes, entre leves, moderados y graves. Las partes del cuerpo que más resultaron afectadas fueron la cabeza, los brazos y también las piernas.

En cuanto a las tres personas fallecidas, los cuerpos ya fueron retirados de la morgue de la Policía, noroccidente de Quito.