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En Guayaquil: En una guerra entre lobos y Águilas, dos jóvenes 'pagaron' por estar en el lugar equivocado
El doble crimen registrado en el suburbio de Guayaquil habría ocurrido como represalia por un hecho ocurrido tres días antes. A la madre de una de las víctimas la contactaron para avisarle que su hijo estaba muerto.
Una llamada telefónica alertó a la madre de Brando Isaac Borja Estrada, de una tragedia. Él había sido asesinado. Incrédula, la señora salió de su domicilio para preguntarle a sus vecinos si conocían de algún hecho violento. Al no tener respuestas, llamó a sus familiares.
“Parece que tu hijo tuvo un accidente. Fue en la Octava y Brasil (suroeste de Guayaquil)”, le dijo por teléfono uno de sus parientes. Con la esperanza de que Brando, el menor de sus dos hijos, estuviera con vida, acudió al lugar donde le habían indicado, a seis cuadras de su casa.
Al llegar, corroboró lo que tanto temía, su muchacho había sido asesinado a tiros, junto a él también fue baleado un adolescente, Víctor, de 16 años, quien falleció en una casa de salud. Ambos fueron atacados con fusil por tres sujetos, quienes llegaron a bordo de un auto color dorado, de placa GTJ-5790, el cual estaba reportado como robado. El doble crimen se registró a las 21:30 del sábado 11 de febrero del 2023.
Quince minutos antes, Brando salió de su domicilio para comer encebollado en un negocio cercano a donde fue baleado, relató su progenitora.
“Me dijo ‘mami, ya vengo’. Mi hijo fue un víctima colateral, buscaban a otra persona, quien se fue corriendo, lastimosamente, él pasaba por ese lugar y por más que trató de esconderse las balas lo alcanzaron. Un familiar del detenido trató de convencerme para que no ponga la denuncia, me dijo ‘hablemos’, pero a quien mataron es mi hijo, no un perro”, expresó llorando la señora.
Moradores indicaron que el ataque se produjo como represalia a un hecho violento registrado, la noche del pasado miércoles, en las calles Sucre y la 11, en el que falleció Jhon Amby Montalvo, quien estaba sentado en una silla cuando fue atacado.
“Este sector está plagado de vendedores y consumidores de droga. Los Lobos y Águilas son las dos bandas que disputan el territorio. A quienes buscan es un expendedor, quien salió corriendo, los dos jóvenes ‘pagaron’ por estar en el lugar equivocado. El muerto era de los Lobos y querían vengarse”, manifestó un morador.
Tras el hecho de sangre, policías que patrullaban la zona realizaron una persecución para dar con los responsables. A ocho cuadras, del vehículo dorado, se bajaron cuatro sujetos, quienes ingresaron a una casa. En el inmueble, los gendarmes detuvieron a uno de los sospechosos, Danny García, de 19 años; los otros tres huyeron. (AEB)