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Juan Carlos Lomas logró pescar un robalo de unas 4 libras, en la playa de Chanduy.Vicente Tagle

Si hace frío en la playa, ¡a pescar se ha dicho!

El surf casting se convierte en una actividad deportiva que lleva a muchos a la orilla del mar, en época en que el viento helado no ayuda al turismo.

Un viento helado corre por la playa de Chanduy. El agua del mar tiene una temperatura agradable y, aunque hay unas 20 personas, son pocas las que se bañan. No más de cuatro. Metros más allá, unas cañas de pescar y la camaradería de tres panas dan otra visión al lugar. Si hace frío, entonces a otra cosa.

Juan Carlos Lomas, Carlos Macías y Luis Rengifo han llegado desde Guayaquil con todos sus ‘juguetes’. Están paraditos a la orilla, en una hilera a la que se suman Carlos (prefiere omitir su apellido) y su yerno, a quienes encontraron en el lugar en la misma actividad.

Lomas es el más hablantín. “Sí quiero que me saquen en EXTRA”, dice mientras sus panas ríen al ver cómo comienza a contar de qué se trata el llamado surf casting, la modalidad de pesca deportiva que ejecutan.
“Llevamos cinco años en esto”, dice, mientras vuelve a lanzar la caña con la carnada, un camarón que coloca en el anzuelo triple que lleva. Pasan los minutos. Muchos. Una y otra vez lanzan la caña y cambian anzuelos.

De pronto, Lomas siente un jalón. Algo cayó. Comienza a enrollar la línea de resistencia hasta que asoma un robalo de unas 4 libras de peso.

Sus compañeros observan y celebran. El compañerismo aflora en ellos por esa captura.

Luego se reúnen. Carlos, el que oculta el apellido, dice que este es un deporte que se “aprende de niño, cuando uno ve a otros pescar. Entonces uno sale con su piolita a hacer lo mismo”.

En su caso, él fue quien inició en esto a su cuñado, cuando alguna vez lo llevó a pescar corvinas a una camaronera. En cambio, Lomas se inició con la captura de truchas en la Sierra.

Ni caro ni barato

“Esta actividad es bonita y aunque puede resultar un poco cara para muchos, también hay productos económicos para quienes empiezan”, dice Luis Rengifo (ver recuadro).

“Por ejemplo, esta caña Penn (la marca) cuesta unos 250 dólares con el carrete incluido. Además tiene que contar el hilo, el sacavueltas, la vincha, el anzuelo, los señuelos... son cositas que van sumando”, agrega Lomas.

Y aunque no siempre se tiene suerte para lograr una captura, eso no desanima a quienes gustan del surf casting. Por eso, luego de una hora de estar en la playa de Chanduy, los tres amigos se retiran en su camioneta a otra playa. Pero no van solos, pues ya han hecho ‘parcería’ con Carlos y su yerno, quienes los seguirán en su carro para compartir un rato más.

Tres amigos se encontraron con otros dos amantes del surf casting, en Chanduy. De ahí, juntos, se fueron a pescar a otra playa.Vicente Tagle

Interés por la pesca deportiva

Quienes proveen de los artículos para la pesca deportiva coinciden en que el interés de la gente por esta actividad va en aumento.

“Por semana se venden de unas 8 a 10 cañas de pescar (para las diferentes modalidades). Se nota que hay más personas realizando pesca deportiva”, dice Carla Reinoso, del almacén Mundo Deportivo, ubicado en Eloy Alfaro y Argentina. Mientras muestra unas cañas, dice que hay de todo precio: “desde 50 y menos valor, hasta 250 las mejores”.

“Depende del modelo, el carrete, la marca... hay varias cosas que hacen variar su precio, pero lo cierto es que esta es una actividad que cada día gana más adeptos”, agrega Héctor Romero, de OceanFlex, local ubicado a solo unos metros del anterior.

Además, quienes venden productos dicen que hay que tener cuidado con esas cañas telescópicas “que andan vendiendo por ahí (en las calles y por la zona de la Bahía), porque se dañan en dos o tres pescas”.