Macabro y misterioso, así se califica en Jaramijó el hallazgo de figuras con rostros de calavera y la ‘huesuda’, en pleno cementerio de este cantón manabita.

Leonardo Mero, panteonero de la localidad, acudió temprano, la mañana del viernes, a realizar sus actividades rutinarias, cuando se sorprendió al ver tres extrañas imágenes sobre una de las puertas de ingreso al camposanto. La escena lo dejó ‘helado’ y preocupado.

El tenebroso hallazgo llegó a los oídos de los lugareños y surgieron los comentarios de que todo se trataría de una especie de maleficio o práctica de magia negra.

“La verdad da temor, no sabemos qué realmente sea. Pero todo parece que se trata de alguien que quiere hacer algo malo o quiere que algún muertito no descanse en paz”, opinaba una mujer que prefirió no identificarse.

El trabajador del camposanto retiró las imágenes del sitio, no sin antes avisar a las autoridades locales de lo sucedido.

El significado

El santero Adriano Mero Delgado explicó que los objetos encontrados representan a la Santa Muerte, venerada en otros países como figura religiosa. Es popular en México.

Sin embargo, en el Ecuador puede tener varios significados. “Si le ubican un papel con un nombre es porque se busca hacerle un daño a una persona específica. También puede ser que alguien haya recibido la estatua como una buena señal y la devolvió”, indicó.

Asimismo agregó que existen ciertas prácticas, en las cuales usan a la Santa Muerte o los huesos de fallecidos, para ciertos ritos de santería.

Mero Delgado expresó que en Jaramijó se cree mucho en los amarres, magia negra, santería y hechizos. Recordó que, días atrás, fue hallada una botella de vidrio con decenas de fotos de habitantes del cantón. 

El poder sobre la muerte solo lo tiene Dios

El sacerdote Anderson Verduga señaló que la iglesia sepulta a los muertos como una obra de misericordia corporal.

“El cuerpo es templo del Espíritu Santo. La tumba es un lugar de espera, hasta que al final de los tiempos, el alma vuelva al cuerpo y resucite. El primero en hacerlo fue nuestro Señor Jesucristo”, precisó.

Adornan los sepulcros, los iluminan y rezan frente a ellos para que Dios tenga piedad del fallecido, perdone sus pecados y lo reviva en la segunda venida de Jesús, sostiene el clérigo, quien afirma que el poder sobre la muerte y el mal lo tiene Dios. “Nadie puede interferir en su deseo, de que sus hijos vivamos con Él, en el cielo, eternamente”, finalizó.