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Miembros de la Policía Nacional levantaron indicios en el lugar del crimen.Gustavo Guamán / EXTRA

Fernando Villavicencio: Ecuador es el pueblo del sálvense quien pueda

Ciudadanos, líderes religiosos y expertos en psicología social y comunicación política hablan de la percepción que tienen del país, luego de la muerte del 'denunciólogo'

El crimen del candidato a la presidencia de la República del Ecuador, Fernando Villavicencio se perpetró en la ciudad de Quito, pero en Guayaquil las calles lucían ‘peladas’ la noche del 9 de agosto, día en el que le quitaron la vida al periodista alauseño, luego de asistir a un mitin.

La enfermera Sandy López estuvo de guardia en la casa de salud que trabaja. “Por lo general en el hospital es full silencio, pero el día de la muerte del candidato, se oían murmullos, médicos y pacientes hablaban del tema. La mayoría de los que se hicieron atender pedían rapidez en la asistencia médica, querían irse pronto a casa, no querían estar en las calles.

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“El miedo es colectivo y este comportamiento se da por el contexto de violencia que se vive. Las personas querían resguardarse, hay pánico, ansiedad y desconfianza hacia las autoridades, vivimos un estado de indefensión”, manifiesta Jonathan Suárez, experto en psicología social, quien asegura que cuadros serios de ansiedad, estrés y depresión se incrementarían, sobre todo en quienes no cuentan con recursos como la fe, la resiliencia, etc.

El catedrático de Comunicación Política y Opinión Pública, Bismark Arana, analiza que si eso le pasa a alguien que cuenta con personal de seguridad, qué no le harían a los ciudadanos ‘de a pie’ que viven de su trabajo.

En esta camioneta balearon al periodista, oriundo de Alausí.Karina Defas / EXTRA

“El estado de excepción ya es solo un membrete. Ya no se sabe qué otro fondo podemos tocar. Aquí es al sálvense quien pueda, en lugar de garantizarnos seguridad. La percepción de la gente es que no tenemos país y no se ve que las autoridades busquen esa salida inmediata, eso es muy preocupante y decepcionante”, expresa Arana.

La optometrista Karina Rivera afirma que el asesinato de Villavicencio la hizo llorar, no solo porque le duele la muerte de su prójimo, sino también que sostiene que se siente secuestrada como ciudadana.

“Al callarlo a él, nos están diciendo: Te calles o te mueres. “¿No le hierve la sangre al ver esto? Así dijo Nayib Bukele, presidente de El Salvador, pasa que nos acostumbramos a los captores. Pese a todo, sí tengo esperanza, pero en el Señor y convirtiéndonos de nuestros malos caminos, de la inmoralidad, la tibieza, el abandono, porque somos responsables de lo que pasa, pero sí se puede salir de este hueco, del estado deplorable en el que estamos, pero nos tiene que hervir la sangre”, declara la guayaquileña.

El pastor Isaac Villamar habla sobre la gente de estos tiempos: implacables, crueles, aborrecedores de lo bueno, amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, calumniadores, traidores, amadores de los deleites más que de Dios.

El candidato fue víctima de un ataque armado. Los sicarios lo liquidaron al terminar un mitin.API

“El deterioro de la moral deforma los principios y no hay que olvidar que la sociedad es el reflejo de las familias”, concluye el evangélico, quien anima a la población a no sucumbir ante el caos y “aunque parezca oscuro a lo que pasamos, no hay que perder la fe”.

El Arzobispo de Guayaquil y presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, Monseñor Luis Cabrera, también se pronunció sobre el asesinato de Villavicencio. El líder religioso señala que existe un ambiente de mucho dolor por su muerte, de indignación por la forma violenta en la que pereció y de miedo a ser la próxima víctima.

Asimismo, asevera que la bondad y la maldad están presentes en todos los corazones de las personas, como el trigo y la cizaña. “Por lo tanto, su existencia depende del valor que cultivemos. De aquí brota la responsabilidad personal y social de cada uno, para saber elegir siempre el bien”, concluye el clérigo.

  • RECONOCER LA CORRESPONSABILIDAD

Suárez dice que la sociedad debe de mirar hacia adentro y reconocer su corresponsabilidad con lo que está pasando en el país. 

“La gente tiene lo que en sí ha votado. La sociedad siempre está demandando, nos hacemos las víctimas, pero no nos hacemos responsables. Yo no pienso adornar las cosas, ni ser políticamente correcto, ni pondré en redes: “Me dueles, Ecuador”. “Vamos a orar”. Dios no va a salir de su trono para venir a calmar la situación que el mismo hombre ha provocado”, concluye el especialista en psicología social y comportamiento humano.  

"En esta fecha no dimos un grito de independencia, estamos dando un grito de desesperación ante tanta violencia e inseguridad en el Ecuador".María Delgado, ciudadana

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