Una pequeña imagen de la Virgen María Auxiliadora, adornada con flores y luces intermitentes, destaca en un salón donde emplean el arte y la cultura para educar las mentes y corazones de niños, jóvenes y adultos.

Esta estampa con la que honran a la Madre celestial refleja, en parte, la misión que se desarrolla en aquella sala, la sede de la Fundación Eterno Ecuador, en la ciudadela La Pradera, al sur de Guayaquil, donde un grupo de artistas, profesionales y artesanos, promueven el Reinado Social del Corazón de Jesús, un reino de equidad, de amor, de paz y sobre todo de servicio.

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Yeshua Alexander Rivera Rivadeneira, de 21 años, artista, creyente y presidente de la organización, resaltó que desde su adolescencia tuvo la idea de gestionar la creación de una entidad para ayudar.

A los 18 años, al salir del colegio, se dispuso a buscar la forma de compartir lo aprendido en las clases de canto, piano popular y teatro en el Colegio de Artes Manzano y en la Universidad Salesiana, y en la Espol.

Cuenta que su tía María Isabel Rivera López fue como su mecenas. Ella lo impulsó a vincularse al quehacer artístico, le financió sus estudios y por ella estuvo motivado a darle forma a la fundación, que el 4 de septiembre próximo cumplirá tres años de creación.

“Ella vio los lineamientos de esta obra y justamente el mismo año que la fundación empezó, ella falleció, no vio el proyecto cumplido, pero sí se lo plasmé”, resaltó al recordar a la “buena profesora”.

La fundación se llama Eterno Ecuador “porque desde pequeño me enfrasqué en el arte y la cultura ecuatoriana. Entonces, al ser netamente ecuatoriana, y como el Corazón de Jesús es el patrón de la patria por estar consagrado, decidí entregarle toda la misión a Él. Todos los frutos que tengamos es para su gloria y alabanza”, destacó el líder y así resumió la razón por la cual en el salón hay una imagen del Sagrado Corazón de Jesús.

Alexander Rivera comentó que la educación es el arma que necesita para hacer cambios en la sociedad y por ello, desde este mayo de 2024, una vez más se propusieron enseñar música, pintura, danza y actuación. También ofrecen asistencia en inglés, ayudan a los niños con las tareas escolares y oficios artesanales, como elaboración de velas y otros.

En esta nueva sede (antes estuvieron en La Valdivia), facilitada por el párroco padre Raúl Ramírez, los diez miembros de la fundación impulsan este proyecto. Antes de cada jornada hacen una oración y la entregan a Dios, porque, según asegura, en todo este proceso ha sido una bendición concretarlo.

Las clases habituales las imparten en el área de música, pastoral, pero en este nuevo ciclo van a desarrollar un área ecológica. “Vamos a enseñar sobre el cuidado ambiental, del porqué no deben arrojar basura” y el plan a futuro es crear un huerto en espacios de la ciudadela, que actualmente están cubiertos de maleza.

De esta forma, buscan los mecanismos para concretar este reino social en nombre del Sagrado Corazón de Jesús, ayudando a promover una cultura de paz y entrega. (IC)

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