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Duván, el paciente con insuficiencia renal que se aferra a la vida por conocer a su hijo

Su novia está embarazada de 5 meses. Sus riñones están en etapa cinco y menos del 15% funcionan. Ya no puede trabajar, por lo que necesita ayuda

Su novia está embarazada de 5 meses.
Su novia está embarazada de 5 meses.CORTESÍA

Anhela seguir vivo para conocer a su hijo… Hace tres meses, Edson Duván Páez empezó a sufrir fuertes dolores de cabeza. Tomaba analgésicos, pero volvían.

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Una mañana, a inicios de mayo, despertó con la visión borrosa. Sentía que su cerebro iba a explotar. Y el dolor en la espalda baja se había agudizado. Pensaba –sin darle importancia– que su malestar se debía a las bajas temperaturas que se habían registrado en Quito. Pero no. Le aguardaban una cruda noticia.

Era martes, 13:00. Luego de pasar cuatro días con migraña, su novia Arianna Cobo lo llevó al hospital Enrique Garcés. Ingresó por urgencias. Le tomaron los signos vitales, le extrajeron sangre y también analizaron una muestra de su orina. Asombrados, los médicos le dijeron que cómo era posible que siguiera vivo con el estado en el que se encontraban sus riñones.

Duván pelea contra la insuficiencia renal.
Duván pelea contra la insuficiencia renal.CORTESÍA

“Fue muy fuerte”, dice Duván, colombiano de 30 años, con un catéter incrustado en su cuello. Le diagnosticaron insuficiencia renal crónica terminal, una enfermedad catastrófica. “Pero en ese momento pensé: estoy con vida y fuerza”, asiente el hombre, quien reside en Ecuador hace casi una década. Así que se encomendó a Dios. Durmió profundamente –con ayuda de medicación–, y cuando despertó, tenía ganas de luchar y someterse al tratamiento que lo puede mantener vivo: las diálisis.

Lo derivaron al hospital Eugenio Espejo. Llegó en taxi junto a Arianna. A las 21:00 entró por urgencias. Repitieron los exámenes. Y los médicos, nuevamente, se cuestionaban cómo era posible que siguiera vivo debido al estado de los riñones.

Según los portales médicos, la enfermedad renal crónica es la pérdida de la función de esos órganos, cuyo principal trabajo es eliminar los desechos y el exceso de agua en el cuerpo.

Para entender el estado, Duván nos envía una fotografía en la que se ven las fases. Sus riñones están en etapa cinco (de cinco). “Se ven como pasas”, advierte. Y funcionan menos del 15 %. Por esa razón, en el hospital lo sometieron inmediatamente a diálisis.

Esa misma madrugada, lo subieron al cuarto piso, le colocaron el catéter en el cuello, se desmayó del dolor, despertó, le conectaron a las máquinas, vomitó y siguió luchando.

La diálisis es el proceso artificial mediante el cual se extraen los desechos y el exceso de agua del organismo. La primera sesión fue de dos horas. “Me golpeó durísimo”, recuerda Duván. Pero las siguientes se sintió mejor.

Recibe el tratamiento los martes, jueves y sábados, cada semana. Será de por vida. Y ahora espera entrar a la lista de donantes.

MÁS PROBLEMAS

Si bien el hospital Eugenio Espejo es público y las diálisis para Duván son gratuitas, debido a su estado, no ha podido continuar con su trabajo de comerciante de ropa y calzado. No puede salir a las calles a ofrecer los productos.

Además, se han sumado otras afecciones, como anemia, retinas inflamadas y hemorragia interna en los ojos. Para ello, necesita medicación. En tres semanas ha gastado 1.500 dólares.

AMOR A PRUEBA DE TODO

Su novia Ariana ha sido un soporte. Se conocieron hace dos años en un restaurante donde ella era mesera. Poco después, Duván la vio como sugerencia de amistad en Facebook. La agregó y empezó esta historia de amor, por la que ambos luchan ahora.

Ella tiene cinco meses de embarazo. Va a ser niño. Y le piden a Dios fuerzas y que el bebé pueda conocer a su papá. Es por eso que necesitan ayuda para salir adelante.

En Colombia, la familia de Duván ha organizado rifas. Su madre, quien padece cáncer, está próxima a recibir un trasplante de médula. Quiso viajar en cuanto se enteró de que su hijo estaba enfermo. Sin embargo, Duván ha podido tranquilizarla: “Mamita, yo voy a estar bien. Si empeoro, viene”, le dijo.

Si los lectores desean colaborar a esta pareja, pueden comunicarse al teléfono 096 114 4601.

Siente que esta prueba es un jalón de orejas para no alejarse más de Dios. Ora y llora. Ora siempre. Y lo hace porque sabe que la enfermedad no lo va a detener. Que va a estar vivo para cargar en sus brazos a su bebé.

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