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¿De dónde vienen 'mi llave' y 'la esnaqui'? Te lo contamos
Algunos términos que usa el guayaco surgieron de los sectores populares en los sesenta tras la influencia del Caribe cuando en las radios de la ciudad se reproducía la salsa.
Guayaquil, puerto principal y capital económica del Ecuador. Tierra que dio vida a personas que, con su ingenio, revolucionaron el diccionario de la Lengua Española para darle su sabor. Ciudad que acoge en sus llanuras a foráneos que buscan un porvenir.
Pilas, yapa, caleta, jama, ponte once, lámpara, son unos cuantos términos que han hecho suyas quienes decidieron migrar hasta la capital del Guayas. “Desde que llegué digo ‘habla serio, ñaño’. Chuzo y otras más”, escribió Oliver Navarro, venezolano que reside en Guayaquil hace 4 años.
“Por decir ‘anteriormente’ digo ‘enantes’”, comentó Caro Brice, otra lectora de EXTRA. “Habla serio, ponte once, y muchos más después de 8 años vividos en Ecuador”, escribió Luis Chacón, cubano casado con una ‘guayaca’.
Al igual que ellos, cientos de comentarios coincidían en que al pisar la urbe porteña su jerga se convirtió en suya. La integración de modismos se debe a un intercambio lingüístico que hubo con anterioridad en Guayaquil y que, con las generaciones, se fue adquiriendo y heredando.
“Guayaquil por ser puerto siempre llegaron extranjeros, hay mucha migración del sur que traen la palabra por ejemplo luca que es del lunfardo argentino”, explica Ángel Emilio Hidalgo, historiador y director de la Biblioteca Municipal de la ciudad.
Acorde a lo dicho por Hidalgo, las personas de otras provincias y nacionalidades con el tiempo irán adaptando los modismos ‘guayacos’, así como en su momento los guayaquileños lo hicieron con expresiones como “mi llave” que proviene de Colombia. Asimismo, varias de estas como ‘ñaño’ y ‘ruco’ consideradas de Guayaquil son propias del quichua.
Los términos surgieron de los sectores populares en los sesenta tras la influencia del Caribe cuando en las radios de la ciudad se reproducía la salsa. “Hubo varias expresiones como cuando hablaban de la esnaqui y de la yaqui, esto ya estaba en la guaracha de Daniel Santos, en los cincuenta”, amplía Hidalgo.
La enciclopedia de términos crecerá a medida que el flujo de personas sigan moviéndose. Así como hace sesenta años influyó en la ciudadanía modismos de diversas regiones, hoy la llegada de venezolanos en futuras generaciones se escuchará su jerga. “La lengua es como un organismo vivo que se nutre. El castellano es un organismo vivo que no para de seguir creciendo”, finaliza el también poeta.