El 14 de octubre de 2024, Inés Manzano, ministra de Energía encargada, firmó el Título Habilitante para el desarrollo del proyecto hidroeléctrico Hidroriente, ubicado en las provincias de Zamora Chinchipe y Morona Santiago. Este proyecto permitirá la generación privada de 100 megavatios (MW). La información fue compartida a través de un post en X por parte del ministerio.

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Además, se aprobó un incremento de 3.2 MW en la capacidad de la central hidroeléctrica San Bartolo, en Méndez, Morona Santiago, elevando su potencia total a 53.18 MW, lo que beneficiará la autogeneración privada.

En las últimas semanas, las autoridades han implementado cortes programados de hasta 10 horas diarias en diversas áreas del país, incluidos importantes centros industriales. Esta situación ha provocado el descontento de la ciudadanía, ya que ha alterado su ritmo de vida.

Manzano comentó a Teleamazonas que confía en reducir los problemas de apagones en 2024, a pesar de un informe de la Corporación Eléctrica del Ecuador (CELEC) que advierte que los cortes de energía podrían extenderse hasta marzo de 2025.

Ecuador enfrenta una crisis energética agravada por una prolongada sequía que ha afectado significativamente la producción de sus principales hidroeléctricas. Las plantas hidroeléctricas, que representan aproximadamente el 80% de la matriz energética del país, dependen de caudales de agua consistentes para generar electricidad. Sin embargo, la sequía prolongada ha reducido notablemente los niveles de agua en los embalses, impactando negativamente la capacidad de producción.

La central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, la más grande del país, y otras importantes como Paute, han visto disminuida su capacidad de generación debido a la falta de agua. En particular, Paute, que históricamente ha sido una de las fuentes más confiables de energía en el país, ha sufrido reducciones significativas en su producción. Esto ha obligado a Ecuador a depender más de la generación térmica.

La hidroeléctrica Agoyán, ubicada en el río Pastaza, cerca de Baños, es una de las centrales más importantes de Ecuador. Esta planta tiene una capacidad instalada de 156 MW y ha sido fundamental para el suministro de energía eléctrica en el país. Sin embargo, como otras centrales hidroeléctricas, Agoyán ha enfrentado problemas debido a la sequía que afecta a varias regiones de Ecuador.

El caudal del río Pastaza, que alimenta a Agoyán, ha disminuido como resultado de la falta de lluvias, lo que ha reducido la capacidad de generación de energía. La sequía ha afectado la producción no solo en Agoyán, sino también en otras plantas hidroeléctricas del país, lo que ha exacerbado los problemas de suministro eléctrico y ha llevado al país a depender más de la generación térmica, que es más costosa y menos sostenible a largo plazo.

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