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Opinión

Editorial: Ojo al chuchaqui de diciembre

El Ecuador entero está esperando ansioso por la promesa del presidente: fin de apagones

Diciembre, el mes más esperado por los ecuatorianos, está a la vuelta de la esquina. Y no solo por los aguinaldos y regalos, sino por la promesa del Gobierno de que, finalmente, volveremos a ‘una vida normal’, poniendo fin a los apagones. Sin embargo, esta oferta que llena de calma y esperanza a muchos, no es más que una solución temporal para una crisis energética de fondo.

La gran duda, que incluso genera temor en muchos hogares, es: ¿qué ocurrirá después de las fiestas navideñas con la crisis energética? A pesar de las promesas, el Gobierno aún no ha detallado cómo mitigará los efectos de una sequía que, según pronósticos, se extenderá hasta el primer trimestre del próximo año. Esta situación podría empeorar y llevar a que Colombia, de nuevo, recorte el suministro de energía.

En medio de la crisis, el Gobierno ha adoptado medidas emergentes, como la reactivación del parque termoeléctrico mediante mayores inversiones. No obstante, estas soluciones resultan ser solo parches temporales ante un problema de fondo. Es urgente que se repiense su modelo energético, que por años ha dejado de lado la participación del sector privado. Que el chuchaqui de las fiestas no nos agarre sin energía de nuevo, porque el pueblo no aguanta más.

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