Patricia Chulca bamboleaba un trapo rojo con su mano derecha para advertir a los conductores que iban por la calle Diego Zorrilla, cerca del colegio Juan Montalvo, norte de Quito, que había un sitio para estacionar.

La mujer, de 24 años, dejó por un momento la venta informal de productos para dedicarse a parquear vehículos en esa transitada vía durante el sufragio de este 21 de abril. “Aprovecho siempre este tipo de fechas para conseguir algo más de dinero para mi familia”.

Es que Chulca, al igual que otras personas, se volcaron a los exteriores de los recintos para ayudar a los votantes que fueron a sufragar en sus automóviles. En diferentes sectores se optó por cerrar algunas calles aledañas a los recintos elegidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE) para la jornada de la Consulta Popular y Referéndum.

Chulca, quien llevaba un sombrero para lidiar con la inclemencia climática, contó que su esposo se quedó en la casa cuidando a sus tres hijos. “Yo salí temprano y espero quedarme hasta las cuatro de la tarde”, comentó la joven.

Como esta mujer, algunos capitalinos dejaron de lado sus ocupaciones cotidianas para conseguir un ingreso adicional. Cerca de ella estaba Stalin Guamán, de 18 años, quien estudia el colegio de lunes a viernes.

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Junto a sus hermanos y madre llegaron a las 07:00 hasta las inmediaciones del colegio Juan Montalvo para ocupar un puesto en la calle Zorrilla. “Nos quedamos hasta la tarde y la verdad no importa si llueve o hace sol. Necesitamos el dinero”, relató el estudiante.

El joven explicó que su trabajo, aunque no lo parezca, contribuía - en algo- a dejar libre la circulación en las estrechas calles aledañas a este recinto electoral. “Hay personas que son bien amables, pero también hay quienes no tiene buen humor y no nos tratan muy bien”, manifestó Guamán.

A pesar de que la Agencia Metropolitana de Tránsito recomendó ir al sufragio en transporte público o en otros medios, como bicicletas, los ciudadanos usaron sus autos particulares. Eso generó diversos trancones, como por ejemplo en la avenida Mariscal Sucre, por el sector El Condado, norte de la ciudad.

Para solucionar esta problemática, en el Distrito Metropolitano se desplegaron poco más de 1.400 agentes de tránsito municipales. No solo fueron enviados a las principales avenidas, sino también a los alrededores de los lugares de votación, así como a centros estratégicos como el edificio del CNE y cerca del hotel Hilton Colón, que es el centro de mando donde se darán los resultados.

Entretanto, la gente que se dedicó al parqueo ocasional echaban una ‘mano’ en la movilidad desde sus lugares de trabajo. “Es una oportunidad para hacer una chauchita”, decía Santos Herrera, un pintor de 49 años que lucía su chaleco tomate para distinguirse como ayudante para estacionar.

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