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El ‘choreo’ de alcantarillas está duro en Milagro
El robo a bienes públicos ha crecido en barrios. Ciudadanía pide la acción de las autoridades para que el tema no se agudice como en Guayaquil
El hurto de las tapas de las alcantarillas no es solo problema de Guayaquil. A 45 kilómetros, en el cantón Milagro, pasa lo mismo. Con trozos de madera y palos que advierten de una posible caída, los habitantes de las calles Ernesto Seminario y C. Padilla cubren los sumideros para evitar que se llenen de basura y causen accidentes en los peatones.
Cristofer Avilés vive 15 años en el sector y afirma que tras la pavimentación de la calle principal, a las alcantarillas les colocaron tapas metálicas que, meses después, fueron sustraídas por antisociales.
“Tres años hemos sido víctimas de esta molestia, causada por chamberos que buscan llevárselas para vender el metal, como pasa en Guayaquil”, expresa el joven, quien asegura que toda la ciudadela 22 de Noviembre, donde reside, sufre la problemática.
Para Avilés, las autoridades deberían intervenir el sector lo antes posible, pues en época de invierno las calles se inundan y, quienes no conocen la ruta, caminan sin saber de la existencia de esas “trampas”.
Pero el robo de las tapas de los sumideros y de las cajas domiciliarias se da en otros sectores del centro, como Vargas Torres, Los Ceibos, Las Piñas. Los casos se han multiplicado en los últimos tres meses.
Según la gerente de la Empresa Municipal Aguas de Milagro, Diana Moreira, diariamente receptan denuncias sobre este tipo de casos. “Ahora colocamos tapas de hormigón para evitar su robo. El problema es que estas, debido al peso de los autos, sobre todo aquellos que se estacionan sobre las mismas, se destruyen al poco tiempo”, reconoce la funcionaria.
Según los registros que maneja la entidad, en lo que va del año han instalado 200 tapas de sumideros, 30 de cajas domiciliarias y 2 de cámaras de válvulas. Cada tapa de hormigón cuesta un promedio de $ 33,36.
En una de las veredas de la calle Vargas Torres, entre Manuel Hidalgo y Enrique Valdez, en pleno casco comercial, desapareció la tapa del alcantarillado sanitario. El drenaje estuvo expuesto un par de días, hasta que el personal de Epamil solucionó el problema.
Ante el incremento de este tipo de robos, la gerente de Epamil indica que, en caso de detectar a los responsables, se tomarán las acciones legales pertinentes, así como con los propietarios de las recicladoras que compran el material.