El rostro de Milton Ortiz es adusto. Parece que no tuviera espacio para una sonrisa. Tiene 70 años y casi siempre pasa serio detrás de su frigorífico en el mercado Santa Clara, en el centro norte de Quito.

Sin embargo, dicho semblante, según él, ha sido el resultado de una vida de trabajo duro y disciplinado. “Es mi carácter”.

(Lea también: Incendios forestales en Quito: "Fue como vivir en el infierno" )

Sus compañeros de labores lo conocen como El Mayorcito porque fue uno de los primeros mercaderes en ofrecer productos en este centro de abastos. En la actualidad es el único hombre en la sección de lácteos y cárnicos.

Por otro lado, sus clientes le dicen ‘el señor de los huevos’ porque vende unos exquisitos.

Además, el caserito es uno de los más famosos de este mercado porque ofrece la masa de morocho con la que se preparan las empanadas que se venden en los estadios de la capital cuando hay un partido de fútbol.

Oriundo de la provincia de Tungurahua e hincha fiel del Barcelona, Ortiz compra el morocho y lo prepara con sus manos para convertirlo en harina. A diario lava el grano de maíz blanco, lo remoja, lo muele y lo cocina para ofrecerlo a sus clientes fijos.

Cada día prepara más de 250 libras de esta masa y no solo la vende a los cocineros de empanadas, sino también a dueños de hoteles y restaurantes.

Luis Espejo es uno de ellos. Él es trabajador de un salón de comida en Iñaquito, norte de la ciudad, y desde allá se pega el viaje todos los días para comprar masa para las empanadas, queso manaba y huevos.

Estos últimos, según Ortiz, son traídos de una comunidad rural llamada Huasimpamba, cerca de Pelileo, en la provincia de Tungurahua. “La yema es más amarilla, más nutritiva y tiene mejor sabor”.

Trabajador desde guambra

El señor de los huevos llegó a la capital hace más de 45 años. Recuerda que estuvo varios meses buscando trabajo y no lo conseguía. Un día fue al mercado de Santa Clara y se hizo amigo de una señora cuencana que vendía lácteos.

El joven le hacía los mandados sin cobrarle nada porque quería conocer la dinámica del centro de abastos. La mujer se encariñó tanto con Ortiz que le vendió su puesto y desde entonces no ha parado de trabajar. Así crio a sus tres hijos y uno de ellos trabaja en el área administrativa del establecimiento. 

A parar la olla: LOCRO DE ZAPALLO

Uno de los platos más nutritivos y baratos es el locro de zapallo que, según la nutricionista Carolina Alvear, ayuda a la hidratación del cuerpo. Lo mejor es que los alimentos con los que se prepara este platillo se pueden encontrar en cualquier mercado.

PARA 4 PERSONAS

Ingredientes:

- 1 libra de zapallo

- 1 cucharada de achiote - Media cebolla perla

- 1 diente de ajo molido

- Agua

- 1 taza de leche

- Queso de sopa al gusto

- Sal y pimienta

- Perejil o cilantro

Preparación:

1. Hacer el refrito con el aceite de color, agregar la cebolla y el ajo

2. Pelar el zapallo, sacar las semillas y cortar en trozos medianos.

3. Agregar el zapallo al refrito junto con el agua y un poco de sal, hacer hervir y cocinar hasta que los trozos de zapallo se suavicen.

4. Aplastar el zapallo hasta que la sopa quede cremosa.

5. Agregar la leche y dejar cocinar por diez minutos.

6. Añadir queso al gusto.

7. Servir con queso desmenuzado, aguacate, pepitas de zapallo o sambo tostadas, perejil o cilantro.

El canastazo

El principal beneficio de este plato es que aporta hidratación al cuerpo. Además, el zapallo regula el sistema nervioso y fortalece el sistema óseo. La libra de este alimento la puede encontrar en cualquier mercado a un dólar. El resto de ingredientes más costosos sería la leche y el queso que no sobrepasan los 90 centavos.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!